Un trabajador de un laboratorio de Pennsylvania, en Estados Unidos, se encontraba limpiando el congelador cuando encontró por casualidad algo perturbador: viales del virus Variola, causante de la viruela. O, al menos, eso es lo que rezaba la etiqueta.
Todo esto podría parecer normal, teniendo en cuenta que se trataba de un laboratorio dedicado a la investigación de las vacunas. Sin embargo, oficialmente, solo hay dos laboratorios en el mundo que se supone que conservan muestras de este virus. El Vector, de Rusia, y los laboratorios de Atlanta del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Los viales no deberían haber estado ahí y ahora toca, por un lado, investigar si tienen lo que indica la etiqueta. Y, por otro, entender cómo llegaron hasta allí.
De momento es el propio CDC el que se está encargando del caso. Los responsables de la investigación no han dado muchos datos, más allá de que los viales están intactos y que el trabajador que los encontró llevaba guantes y mascarilla, por lo que en principio no habría que temer que se haya contagiado. Será necesario esperar para saber más. ¿Pero qué es la viruela y por qué es tan preocupante que aparezcan viales así por que sí?
Viruela en el congelador, una temible casualidad
En 2019, los laboratorios Vector protagonizaron un incidente que más bien nos habría cuadrado en 2020.
Una explosión en las instalaciones hizo temer que se hubiese podido liberar viruela de los viales que allí se conservan. Los responsables del centro corrieron a hacer un llamamiento a la calma, asegurando que no había viruela en las zonas afectadas del edificio. Sin embargo, hasta que no pasó un tiempo prudencial desde el suceso no respiramos de alivio.
También en 2014 hubo un sobresalto causado por este virus, después de que un científico del gobierno estadounidense alertara que mientras se limpiaba una vieja sala de almacenamiento en un laboratorio de Maryland habían aparecido por casualidad algunos viales de 60 años de antigüedad con muestras de viruela liofilizadas. Por eso, lo de esta semana no sorprende. Solo Vector y el CDC tienen permiso oficial para albergar el virus, pero podría estar en otros sitios aún por descubrir.
¿Pero por qué solo dos sitios? ¿Y por qué saltan todas las alarmas con este tipo de sucesos? Básicamente, porque la viruela es el único virus humano que se ha erradicado totalmente y nos conviene que siga así.
En el pasado causó millones de muertes en todo el mundo, hasta que la humanidad logró plantarle cara gracias a las vacunas. Pero a día de hoy muchas personas ya no están vacunadas. Se dio por erradicado en 1980, tres años después de que sucediera el último contagio natural y dos años después del último contagio accidental, que acabó con la vida de una fotógrafa médica en Gran Bretaña.
La viruela salió de los calendarios de vacunación, puesto que ya no era necesaria. Y, por eso, una reaparición a día de hoy nos pillaría sin defensas contra ella.
¿Solo dos laboratorios?
Lo que acaba de suceder en Pennsylvania, así como lo ocurrido en 2014 en Maryland, pone de manifiesto que podría quedar más viruela en el mundo de la que pensamos.
Y esto nos lleva al debate de siempre: ¿para qué se sigue conservando? Los dos laboratorios que conservan muestras oficialmente trabajan en la investigación de fármacos y métodos de diagnóstico del virus. Cabría preguntarse para qué, si ya no hay. Pero cada vez son más los ejemplos que demuestran que esto no es algo que podamos afirmar tajantemente. Y hay quien cree que esto podría llevar al bioterrorismo.
Afortunadamente, si tuviéramos un indeseado nuevo encuentro con la viruela, dispondríamos de algunas vacunas para empezar. Concretamente, según datos de la Organización Mundial de la Salud, habría unos 31 millones de dosis en posesión de Francia, Alemania, Japón, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Aunque eso no es suficiente. Por eso, disponer de muestras del virus para producir más vacunas, así como para generar nuevos fármacos, podría ser útil en ese desagradable hipotético caso que nadie quiere ni siquiera imaginar.
En este caso, parece que lo de Pennsylvania ha sido más bien un descuido, como si alguien hubiese guardado las muestras y hubiese olvidado después que se encontraban allí. Podemos estar tranquilos, de momento bastante tenemos con otras pandemias y plagas como el coronavirus, las resistencias a antibióticos o el hambre en el mundo. Hay demasiadas preocupaciones reales como para entrar en pánico por esta casualidad. Sin embargo, para muchos es un recordatorio del motivo por el que la viruela sigue a buen recaudo en dos laboratorios en vez de intentar hacerla desaparecer para siempre.
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