Cuando en 2016 López Obrador escogió a Cuitláhuac García como candidato a la gubernatura, lo escogió por noblote, buena onda y obediente. El hecho de que no se le diera hablar en público no fue impedimento “ya aprenderá”. Y Cuitláhuac perdió. Para el 2018 el panorama fue diferente y ganó con 1 millón 667 mil 239 votos. Pero…

Cuitláhuac salió maleta, es opaco, huero, anodino y no cambiará su forma de ser (ni de hablar) en los tres años que le restan en la gubernatura. De hecho no va a cambiar nunca, ni aunque lo echen, como se ha vuelto a mencionar en los corrillos políticos.

¿Por qué causó tanto furor un ingeniero tan limitado? “Porque hace tres años todo se le aplaudía a Andrés Manuel y así como lo apoyaron en el resto del país, así lo apoyaron tus paisanos con Cuitláhuac, aunque nunca los ha querido, como tampoco quiere a Veracruz. Pero otra igual no se la van a perdonar; los veracruzanos las saben cobrar”, me dijo un analista político.

Sólo que el presidente volvió a las andadas e hizo “otra igual” en la persona de Rocío Nahle García, la titular de la secretaría de Energía.

Ayer escribí en este espacio: “Cuitláhuac llegó acompañado (a la lectura de su Tercer Informe) de Rocío Nahle a la que ya puedes apuntar lector, como indiscutible candidata de Morena a la gubernatura, a menos que le suceda una desgracia política provocada por la propia Rocío. Y es que con López Obrador ahorita estás y al rato ya no existes”.

Y Rocío ahorita está; ya es aspirante a la gubernatura y tiene la bendición del tabasqueño. Tan es así que este miércoles habló como candidata en una entrevista radiofónica: “Faltan tres años, tres años que tenemos que trabajar… no hay que adelantar vísperas… el tiempo, las circunstancias y el pueblo lo dirán”.

El problema es que si Andrés Manuel no quiere a Veracruz y por eso impuso al Cuitláhuac, al escoger a Rocío Nahle está mostrando el desprecio que siente por los veracruzanos. Y no se trata de discriminación a una mujer que ha vivido 35 años en la entidad y tiene hijos y esposo nativos de Veracruz. Se trata de que en efecto, el tabasqueño desprecia a los veracruzanos.

¿O de que otra manera se puede explicar el hecho que de 4 millones 190 mil veracruzanas, no voltee a ver a una, a una sola, para que sea abanderada de su partido a la gubernatura en 2024? ¿Tan torpes, ineptos e incapaces son 3 millones 871 mil veracruzanos que tendrán que importar de Zacatecas a una persona para que los gobierne?  Pero antipatías y desprecios aparte, pienso como el analista político: otra igual no se la van a perdonar a Andrés Manuel mis paisanos, por mucho que se sienta dueño del estado.

Veremos en mil días quién tuvo la razón; si el presidente o los veracruzanos.

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