No pasaron ni unas horas de que fuera instalada la LXVI Legislatura en el Congreso de Veracruz y las posiciones de peso, como nos imaginábamos, fueron designadas para el partido MORENA, sus diputadas y diputados. La expectativa de una renovación en el “corazón político” de las los veracruzanos se apagó con una contundente muestra de realidad: en el escenario político de nuestro estado no hay oposición.
Después de campañas manchadas por violencia, discursos llenos de “lugares comunes”, candidatas y candidatos ignorantes, merolicos que repiten frases más gastadas y un desfile de las mismas caras; el proceso electoral cerró con la designación de las diputaciones plurinominales, de lo que hoy apenas se pueden agarrar otros partidos para existir en el Congreso, mientras MORENA tiene en la figura de la representación proporcional la continuidad del presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso.
La polémica sobre la designación de “la pluri” de Cazarín ya no escaló a más, después de su ratificación por la máxima autoridad judicial electoral el hombre se puso a trabajar; a su estilo, poco común y muy gustado por muchos, pero no bien visto por otros incluso en su partido, el diputado se puso a darle “con Tokio”. Parece que en el nuevo periodo legislativo otra vez tiene la confianza del morenismo para operar abiertamente, sin considerar formas, anteponiendo el resultado en vista de que la sucesión estatal está cerca.
Primer movimiento, Cazarín es nuevamente presidente de la JUCOPO, una posición de pleno poder que si es bien aprovechada puede redituar en favor de la sociedad, y no únicamente de un proyecto político, como se ha visto recientemente; además en la JUCOPO se toman decisiones internas del Congreso, se manejan sus recursos, en fin; con la experiencia anterior, el diputado 4X4 sabe bien los caminos institucionales que la ley le permite transitar para hacer política.
Segundo movimiento, Cazarín integra a la bancada de MORENA a dos diputadas perredistas, Lidia Irma Mezhua Campos y Eufemia Romero Rodríguez; ¿cómo le hizo?. Prácticamente desapareció al PRD en la Legislatura y sumó dos votos más para su bancada, independientemente de que las diputadas pudieran hacer un “extraordinario” trabajo parlamentario, ellas se suman al grueso de la aplanadora morenista, por medio de Cazarín.
¿Qué tan democrático es Veracruz si no hay partidos de oposición con una actividad y representatividad verdadera? No harán diferencia en un Congreso cooptado por el morenismo y su 4T; por eso es que la habilidad política de Juan Javier Gómez Cazarín sigue funcionando y seguirá abriéndole paso a la 4T en Veracruz, mientras algunos de sus correligionarios andan “pasmados” o “futureando” para no perder hueso.
Esto es lo que hay, Cazarín para rato, y eso da certidumbre en muchos círculos, incluso fuera del Congreso, pues el hábil diputado ha sabido extender su red de operación política con algunos perfiles en posiciones clave.