Hoy en día, el ritmo de vida que llevan la mayoría de personas, especialmente quienes se encuentran en grandes sedes, suele ser motivo de diversos estresantes o secuelas que cada persona manifiesta de distintas formas, entre ellas problemas de sueño, como la parálisis del sueño también conocido como “subirse el muerto”. Expertos explican qué es.

Distintos estudios científicos señalan que más de la mitad de la población mundial ha experimentado episodios relacionados con el no poder conciliar el sueño, aunque también algunos mientras ya se está durmiendo.

Hay casos en los que las personas no logran mover alguna de sus extremidades o partes del cuerpo, como piernas, brazos, cabeza, aunque eso no es todo, ya que hay quienes incluso perciben una enorme presión en su pecho y otros tantos son capaces de escuchar o ver, aunque aún sin moverse, fenómeno que de manera coloquial es llamado “subir el muerto”.

¿Qué se siente cuando se nos “sube el muerto”?

Dicho término, que es como lo conocemos todos, a nivel técnico se le llama “parálisis del sueño”, el cual puede también ser acompañado por alucinaciones, tanto a nivel visual como auditivo, sensaciones que nos hacen creer que hay personas u objetos extraños a nuestro alrededor.

Por si fuera poco, hay quienes aseguran que cuando hay parálisis del sueño sienten que la superficie en la que están acostados al dormir se hunde, incluso que flotamos, o como si alguien más se recostara sobre la persona, casi como si un cuerpo tomara posesión de uno, razón para que muchos relacionen estos hechos con viajes astrales o espíritus presentes.

El periodo de tiempo que duran estos instantes de la parálisis del sueño suele ser pocos segundos o hasta cerca de tres minutos; una vez que esto termina, se puede volver a tener el control de movimientos y de la consciencia, aunque regularmente van acompañados de sentimientos de miedo o angustia, ya sea la primera vez que se experimenta o no.

Parálisis del sueño: ¿Qué es y cómo se produce?

Clínicamente, la parálisis del sueño se trata de un trastorno, también conocido como parasomnia, el cual se presenta de manera individual entre más de la mitad de la población alrededor del mundo, aunque no representa gravedad mayor en la enorme mayoría de los casos.

Desmitificando el término de que se “sube el muerto”, consiste en un desfase de manera temporal entre el inicio dela fase REM, la de mayor actividad cerebral mientras dormimos, y la fase de relajación muscular total, misma que llega a su fina al momento de despertar.

Para entenderlo mejor, en ocasiones al ingresar a la fase REM y tener el cuerpo relajado, se puede despertar por un instante y estar consciente aunque sin el control de nuestros movimientos, sólo de manera temporal.

La explicación de las alucinaciones es que al empezar la fase REM nuestro cerebro procesa y depura toda la información acumulada durante el día por medio de sueños, por lo que en realidad esas visiones que se tienen sólo son fragmentos de lo que soñamos.

Incluso, la parálisis del sueño puede darse de otra forma, o sea al despertar: esta vez el final de la fase REM y la recuperación de la actividad muscular quedan desincronizadas, lo que significa que se está despierto sin poder moverse y las alucinaciones también pueden presentarse.

¿Cuáles son las causas de que se “suba el muerto”?

Existen múltiples factores para que se presenten episodios de parálisis del sueño o que se “suba el muerto”, los cuales se dividen en congénitos, causas concretas, o circunstanciales, relacionados a otras enfermedades.

Entre el primer tipo de causas, se incluye la parálisis del sueño familiar, que se presenta de forma individual en personas que comparten los mismos genes y que suele pasar al final del sueño.

En el caso del tipo circunstancial, puede ser generada por malos hábitos de sueño, como en las personas que trabajan por la noche, que duermen pocas horas, quienes duermen boca arriba o que viajan en avión constantemente con cambios de horarios, lo que se ve reflejado en jetlag.

En estos casos, los episodios se presentan mayormente en la entrada al sueño; conforme las personas puedan lograr corregir estas costumbres, los trastornos van desapareciendo.

ADN40

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