Comenzar un proceso de refuerzo, una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19, sería lo peor que pudiera hacer la comunidad mundial, una vez que el continente africano se ha quedado rezagado en ese esfuerzo por alcanzar la meta mundial de al menos el 40 por ciento de la población vacunada este 2021, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Y si se quiere hacer en las economías avanzadas se debe descentralizar su producción, agregó Ngozi Okonjo, directora general del Organización Mundial del Comercio.
“Cuando solo hay 166 millones de vacunas que se han entregado en África para mil 200 millones de personas, el empezar vacunación de refuerzo es realmente lo peor que podemos hacer como comunidad mundial, no es justo porque no podremos detener la pandemia haciendo caso omiso de todo un continente que no tiene capacidad de manufactura ni ningún otro medio de producir la vacuna, así que el mundo debe ser sensato”, señaló el director de la OMS.
Mientras que en las regiones de Sudamérica, Norteamérica, Europa, Asia y China, como regiones, todos están por arriba del 50 por ciento de la población vacunada por lo menos con una dosis, en África sólo está en 4.8 por ciento con una dosis, comentó el funcionario durante su participación en el panel “Poner fin a la pandemia”, organizado en el marco de las reuniones de otoño del Banco Mundial y el FMI.
Los países deben respetar la moratoria, aunque aceptó las excepciones en el caso de la población inmunocomprometida, pero “para el resto es inmoral e injusto dar vacunas de repuesto”, apuntó Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Una de las maneras de resolver la desigualdad de acceso es descentralizar la producción, dijo Ngozi Okonjo, directora general de la OMC.
“Si se quiere dar vacunas de refuerzo hay que descentralizar la producción y colocarla en países que no tienen la capacidad de producción. En el continente africano solo hay 0.2 por ciento de la capacidad de manufactura cuando tiene un porcentaje tan alto de la población mundial.
La OMC está en trabajos con los fabricantes de las vacunas, para tratar de ayudarlos con sus problemas de sus cadenas de suministros, monitoreando cuales son los obstáculos para que puedan aumentar la producción y al mismo tiempo trabajar con ellos para alentarlos a establecer centros de producción en mercados emergentes y países en desarrollo.
“Esto está arrojando resultados, Pfizer anunció una inversión en Sudáfrica y Moderna también va establecer instalaciones de producción en el continente africano”, comentó.
La meta que los organismos multilaterales se han planteado para inocular a la población mundial es del 40 por ciento este 2021 y al menos el 70 por ciento a mediados del 2022, pero llegar a ese objetivo ha enfrentado retos, coincidió David Malpass, presidente del Grupo del Banco Mundial.
“No se está logrando la meta de tener al 40 por ciento de la población mundial vacunada este 2021 y lo que se tiene que hacer es que los países donantes de vacunas cumplan en las fechas apropiadas”.
El que se logre la vacunación es tema de interés global, tanto para países pobres como para los ricos, señaló Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que mientras el camino de la recuperación siga siendo lento, frenado por la falta de acceso a las vacunas, el espacio fiscal no será suficiente en los países y esto crea espacio para que surjan nuevas variantes de COVID y se distribuyan por todo el mundo.
Con el plan de 50 mil millones de dólares propuesto por el FMI se podría alcanzar la meta de vacunar al 40 por ciento de la población a fines de este año y 70 por ciento para mediados del 2022.
“De estos 50 mil millones, casi dos tercios están disponibles pero hay que aumentar la entrega de estas vacunas”, apuntó.
El Financiero