Gracias a la colaboración y el voto de millones de priistas, en 2018 Andrés Manuel López Obrador ganó por fin la Presidencia de la República en su tercer intento consecutivo. Y, en Veracruz, por lo menos 200 mil militantes y simpatizantes del partido tricolor hicieron posible que Cuitláhuac García venciera al aparato del Gobierno del Estado que fue movilizado por el gobernador panista Miguel Ángel Yunes Linares para intentar imponer como sucesor a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez.
Uno de los ex priistas que operaron para Morena hace tres años fue Ulises Rodríguez Landa, ex Oficial Mayor del Congreso local en la LVIII Legislatura del estado y ex secretario de Finanzas del CDE del PRI. En pago a sus servicios electorales, Rodríguez despacha desde diciembre de 2018 como Jefe de la Unidad Administrativa de la Secretaría de Seguridad Pública, dependencia que para el ejercicio fiscal de este año le fue aprobado un gasto de más de 5 mil 800 millones de pesos, entre subsidios estatales y federales.
En las elecciones del pasado 6 de junio, Ulises ocupó sus ratos libres y días de asueto para hacer campaña cada fin de semana por las candidatas y candidatos de Morena a la alcaldía y diputaciones federal y locales de Xalapa. Rodríguez Landa fue de los que contribuyeron a revertir las tendencias en contra del partido gobernante en la capital veracruzana, donde la administración del morenista Hipólito Rodríguez Herrero, munícipe saliente, es reprobada por la mayoría del electorado.
Otros ex priistas que se adjudicaron el triunfo de Morena en Xalapa fueron Eleazar Guerrero Pérez, poderoso subsecretario de Finanzas y Administración de la Sefiplan, y Aníbal Pacheco López, secretario general de la Federación Regional de la CTM, en la que milita desde los tiempos del jerarca sindical Fidel Velázquez Sánchez, quien lo hizo diputado federal por el sector obrero del PRI.
Pacheco fue premiado con la regiduría primera en el Ayuntamiento que presidirá a partir de enero de 2022 el senador con licencia Ricardo Ahued, quien entre 2004 y 2016 fue alcalde, diputado local y federal por el tricolor.
Sin embargo, pese a sus méritos y contribuciones electorales que desde hace tres años han venido aportando a Morena, los ex militantes del Revolucionario Institucional como éstos no son bien vistos por algunos obradoristas radicales.
Hace ocho días, por ejemplo, al intervenir en un programa de televisión por internet, el escritor y consejero nacional de Morena, Paco Ignacio Taibo II, actual director del Fondo de Cultura Económica, hizo duras críticas a su partido por haberles abierto las puertas “a los sapos que provienen del PRI”.
“El concepto ganar se modificó y ahora llevamos al poder a sapos de notable envergadura. Llegaron priistas y panistas que se corrompen en 24 horas. Son sapos que si les das dos besos ingresan a Morena”, dijo el polémico escritor en el foro preparado por la Secretaría de Organización del partido obradorista.
En el programa “Diálogos en torno al Consejo Nacional”, moderado por el académico John Ackerman –esposo de Irma Eréndira Sandoval, quien renunció como secretaria de la Función Pública tras el conflicto interno por la candidatura al gobierno de Guerrero, entre su hermano Pablo Sandoval y el senador Félix Salgado Macedonio–, Taibo II externó estas otras opiniones:
“No nos engañemos no estamos frente a un problema formal, sino a un político. Cuando uno recorre el país encuentra uno compañeros con ganas de cambiar y apoyar la Cuatro T. Pero también encontramos un aparato que ha secuestrado el partido.
“Morena se dedica a repartir empleos y dejó de ser un partido de la lucha para la lucha. La decadencia profunda comenzó hace tiempo. La primera terrible pregunta era qué queremos, cuál es la función de un partido que gana el gobierno. Y la respuesta es quedarse a dormir y dejar toda la iniciativa al Presidente. El partido se paralizó y dejó de preocuparse por la sociedad y por los problemas del pueblo.
“El partido cedió toda la iniciativa a la presidencia y se dedicó a nadar de muertito. Un muertito horroroso, burocrático, sin iniciativa. El partido es de izquierda con ciudadanos que quieren un cambio profundo y que tienen opinión sobre muchas cosas. Pero está paralizado y secuestrado por una dirección que lo único que hace es repartir empleos.
“En un principio Andrés (Manuel López Obrador) abrió un frente amplio en el que se dio origen a muchas personas e ideologías. Estaba compuesto por ciudadanos con una militancia de 30 años sin pandearse en ningún momento.
“En las bases somos de izquierda, pero cuando miras a las alturas quien sabe qué partido tenemos. Y el proceso se agudiza profundamente en las últimas elecciones. El proceso de selección de candidatos tiene dos defectos:
“El primero es que sean las encuestas las que definen los candidatos. Son encuestas de popularidad no de ideología, no de programa, no de proyecto. De cuando acá vamos a dejar que el panista sea un factor de opinión. De cuando acá las encuestas reflejan la opinión de la militancia. Son los candidatos del partido y no de las estrellas de la televisión.
“Y de repente aparecen candidatos surgidos de los nebulosos narcomarcianos salinistas, acusados de machismo, violación de derechos humanos. Y aparecen porque tienen un margen de popularidad y se le secuestra al partido la posibilidad de elegir.
“El concepto ganar se modificó y ahora llevamos al poder a sapos de notable envergadura. Llegaron priistas y panistas que se corrompen en 24 horas. Son sapos que si les das dos besos ingresan a Morena.
“Todo esto viene con un desapego de parte de Morena de las luchas sociales. Morena no es capaz de decir quién son los charros de tal o cual lugar. No hay opinión.
“Necesitamos a un Morena que sea el ala izquierda de la sociedad. La sumisión no es una virtud partidaria, es un defecto profundo, moral. El gran problema es restituir a Morena su espacio a la sociedad. Miremos al pueblo y dejemos de mirar a los funcionarios.
“Necesitamos un partido que tenga una intervención en el debate inmediato. El partido está secuestrado y al rato lo venden por 17 cacahuates. Se van a presentar casos claves en las elecciones en donde siguen apareciendo priistas que son cínicos. Han llegado al senado gente de ultraderecha a partir de Morena.
“El Consejo Nacional es la clave pues es la única institución no secuestrada. Tengo graves pleitos con la política de aislamiento de los dirigentes. Estamos llenos de sapos.
“No podemos dejar a personas dispuestas a traicionar a Morena en 5 minutos y clavarte el cuchillo por la espalda.
“Tenemos que volver a los principios, a la mentalidad de un partido de izquierda. Hoy por hoy Morena no sirve. Debemos recentrar al partido y decirnos a dónde vamos y qué queremos. Deben terminarse las trabas del partido. Necesitamos un Consejo y un Congreso en donde opine la mayoría. Para resolver qué pensamos de las encuestas, que pensamos de los temas sociales, de los temas económicos. Debemos tener un partido que piensa, y si alguien piensa no lo dice. Los nadadores de a muertito no piensan.
“El Consejo es clave. Nos las jugamos. Más nos vale que en el aparato partidario le comencemos a dar vida al partido y el Consejo es el arranque. Debe definir ahí cómo hacer la afiliación. Debemos tomar las decisiones nosotros y no al gerente del INE. Debemos volver a tomar el partido en nuestras manos. Debe hacerse una Morena de los morenistas de buena voluntad, con pruebas, con trayectorias. Para devolver a Morena lo que es se debe emprender una batalla política. Comparto la indignación de decenas de miles de morenistas. Es nuestro partido, no el de burócratas, de nadadores de muertito. Quitémosle el salario a los funcionarios de todo el país y pregúntese cuántos se quedan. Morena no representa la voluntad de izquierda de sus bases.”