Este dos de octubre además de conmemorarse el día internacional de la no violencia, se recuerda un aniversario más del levantamiento del movimiento estudiantil que tuvo lugar en 1968; desde aquella fatídica fecha, año tras año se honra la memoria de quienes perdieron la vida en la lucha por obtener respuesta a sus demandas sociales.
Es preciso mencionar que, tales movimientos no fueron un hecho aislado en nuestro país; naciones como París, Italia, España, Estados Unidos, Checoslovaquia y Polonia también fueron escenario de importantes movilizaciones estudiantiles durante 1968.
De acuerdo con un análisis realizado por la socióloga chilena Gilda Waldman, estos países tenían dos elementos en común: la prevalencia de una fuerte critica al statu quo y una intensa lucha en contra de sus sistemas políticos autoritarios.
En México, los orígenes del movimiento estudiantil se remontan a julio de 1968, mes en el que se suscitaron dos riñas entre alumnos de las vocacionales dos y cinco del Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México, respectivamente; estos altercados fueron reprendidos por granaderos quienes detuvieron arbitrariamente a varios de los participantes.
En protesta por la violencia ejercida por el Estado, los institutos mencionados entraron en paro y conformaron un comité de huelga que dio inicio a importantes manifestaciones durante el mes de agosto, las cuales tuvieron como bandera la lucha contra la represión y la libertad de la educación.
Entre las principales consignas de estos movimientos también figuraban el respeto a la autonomía universitaria, la libertad de presos políticos, la desaparición del grupo antimotines de la policía capitalina, así como la derogación del artículo 145 del Código Penal Federal que sancionaba los delitos de disolución social.
Las manifestaciones y reuniones continuaron durante todo el mes de septiembre hasta que, el Comité Nacional de Huelga convocó a participar en un mitin que se llevaría a cabo el día dos de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada en Tlatelolco.
Además de estudiantes, en la protesta participaron profesionistas, obreros, periodistas, comerciantes y amas de casa, quienes de acuerdo con datos de la prensa superaban las quince mil personas; cuando el mitin estaba por finalizar, comenzó la represión por parte del ejército y grupos paramilitares.
Hasta la fecha no se tiene certeza del número total de víctimas, las cifras son inexactas, no obstante, se han realizado numerosas investigaciones cuyos datos son públicos, toda vez que, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales ha determinado que su publicación coadyuva al conocimiento de la verdad histórica de los hechos.
Estos sucesos continúan vigentes en la memoria colectiva de nuestra nación; en 2011 se realizó una Reforma a la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, mediante la cual se estableció que, nuestro lábaro patrio deberá izarse a media asta el 2 de octubre por el aniversario de los caídos en la lucha por la democracia de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.
A cincuenta y tres años de estos acontecimientos que marcaron la historia, nuestro país se ha transformado tanto política como socialmente gracias al cambio iniciado a través de la voz de los estudiantes, a quienes a pesar del paso del tiempo, México no olvida.