Cuando Hipólito Rodríguez Herrero llegó a la alcaldía de Xalapa, encontró en caja un colchón económico para que no pasara sustos ni sofocones (¿o no es así don Hipólito?), pero cuando llegue su sucesor Ricardo Ahued, encontrará las arcas más secas que la carne salada y problemas por docenas.
Para donde mires lector, hay problemas en Xalapa.
Los hay en la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento donde el propio alcalde acepta que existe una red de corrupción cuyos chanchuyos superan los 100 millones de pesos. Hay problemas en Limpia Pública y por falta de servicios en las colonias. Hace falta seguridad, seguridad y más seguridad.
En casi cuatro años Hipólito ha sido incapaz de garantizar seguridad a las mujeres y los feminicidios se dispararon, lo mismo que los asaltos, los robos a comercios, los crímenes dolosos y la pobreza en varias colonias.
En ese sentido Ricardo Ahued tendrá que sudar la gota gorda si desea que Xalapa se parezca a la ciudad que gobernó entre 2005 y 2007.
Pero hay más.
Deberá enfrentar hechos de corrupción y desvío de recursos al interior del cabildo y en las direcciones. Se habla de millonarios desfalcos cometidos por sujetos y sujetas provenientes de la Ciudad de México y que Hipólito aceptó por órdenes de arriba, para empotrarlos en oficinas estratégicas desde donde le han metido sin rubor las manos al cajón del erario.
“Algunos son tan cínicos que dicen abiertamente que antes de llegar a Xalapa carecían hasta de lo más indispensable, pero gracias a la 4T y a las direcciones que les dieron ahora tienen para comprar propiedades en efectivo. Un arqueo que haga cualquier aprendiz de contador bastará para que los xalapeños se den cuenta del desfalco”, me dijo un ex trabajador del ayuntamiento.
A lo anterior hay que agregar opacidad en el manejo de los recursos, obras con costos inflados y los imperdonables subejercicios que autorizó Hipólito sin que le importaran las necesidades de Xalapa.
Si entre 2005 y 2007 Ricardo Ahued contó con recursos de la federación y el gobierno estatal, ahora será diferente. Al conque de la austeridad nadie suelta un peso.
El proyecto que trae bajo el brazo para sacar del hoyo a la capital del estado y que consiste en impulsar la economía (generando más empleos), mejorar la endeble seguridad, embellecer la ciudad, impulsar el turismo y pavimentar o bachear calles y avenidas cuesta dinero. Y ese recurso se lo van a pichicatear.
Por otra parte, ¿qué hará cuando de arriba le digan: te encargo a mi primo, sobrino, hermano, esposa, querida o amigo para que siga en su puesto otros cuatro años más? ¿Qué hará si llega a descubrir que esos sujetos son parte de los responsables del saqueo a las arcas municipales?
Y sobre todo ¿qué hará si de arriba le dicen: no toques a Fulano, Zutana o Perengano?
En lo personal no dudo de la honestidad, capacidad y carácter de Ricardo Ahued. Podría apostar a que no le temblará el pulso si tiene que enderezar algo torcido. Pero tampoco dudo que los problemas que le heredará Hipólito Rodríguez y otros que le crearán los mandones de la 4T, serán una pesada carga sobre su espalda.
Suerte para él.