La naturaleza humana y la consciencia individual, sus creencias, preferencias, deseos y fobias, surgen de ahí, o, de suyo, de  las conductas de formación y origen y las prácticas sociales; dentro de esos orígenes, conductas o prácticas sociales, se determina la naturaleza humana que propicia los pensamientos; así entre origen y condición, la naturaleza humana, en sí, es condicionante del bien o el mal humano, ya que en ello, se convoca al anti-humanismo, el cual refleja su origen y su condición, pretendiendo justificar la persona sus acciones, pero en ello es necesario el consciente, de que el hombre pertenece a un todo, y no a una individualidad, siendo que esa individualidad está conformada por múltiples individualidades desde su origen.

La prevalencia de la autodestrucción satisface el “yo” individual genéticamente o socialmente constituido como tal, entrelazando un conjunto de individualidades afines que habitan en común, conviviendo distribuidos en las diversas regiones geográficas, construyendo una estructura mental a través de la necesidad de dominio o sumisión sobre y entre los demás, destruyéndose el hombre así mismo y a las especies.

Claire Legendre, explora la hipocondría como enfermedad intangible como forma de protegerse de un  sortilegio para anticipar la desgracia, nos comparte Edurne Portela, en un exquisito y reflexivo artículo publicado en El País, en donde efectúa una correlación de los hechos sociales con los factores psico-emocionales, de la obra El nenúfar y la araña. “La hipocondría es una manera de construir la narrativa que da sentido a un dolor invisible, a una enfermedad inexistente, que sin embargo, se siente como real.” “Antes de que se perfilase la enfermedad, me la inventé”, escribe Legendre. “Me la inventé para ser su autora; así, si esa enfermedad existía, al menos no se impondría, sino que sería mi obra. De ese modo tendría el espejismo de controlarla”.

“Ante la angustia de la enfermedad creada, Legendre habla del ansiolítico como remedio insuficiente porque “el medicamento contra el miedo no nos cura de la consciencia de tenerlo. Solamente suprime los síntomas”.

En el nenúfar y la araña, -Legendre- después de estar convencida desde niña que no viviría más de 27 años sin que eso se cumpla, después de pensar que moriría por una intoxicación de semillas de albaricoque o que tenía cáncer y resulta que no, un día se pone realmente enferma. Después de muchas pruebas descubren que tiene un problema en su timo. El timo, por si no lo saben (yo no lo sabía), -nos dice Edurne Portela-, es un órgano glandular perteneciente al sistema inmunológico. La autora tan consciente de su cuerpo, ni siquiera sabía que albergaba ese órgano con forma de nenúfar en su interior. Lo descubre como se descubre a una araña replegada sobre sí misma, en la esquina del dormitorio, que decide descolgarse de su tela mientras una está despistada”.

El enfermo imaginario (Le malade imaginaire), comedia- ballet  escrita por el dramaturgo francés Molière, describe la superstición de la que somos presa los seres humanos, una obra escrita en clave de humor y sátira se centra en los médicos.

La superstición que ha movido a los actores, sobre todo a los de teatro, a no utilizar el color amarillo en escena, ya que consideran que este color puede llevarles a la mala suerte o el fracaso en la representación.

En febrero de 1673, Molière estrenó el ballet-comedia El enfermo imaginario, pocos días después del estreno, en plena representación, el dramaturgo se sintió indispuesto, y murió unas horas más tarde en su domicilio. En la representación, Molière vestía ropas de color amarillo. Este hecho ha marcado el uso del color amarillo en escena.

Los poetas de finales de los siglos XIX y comienzos del XX poblaron sus obras de hermosos nenúfares, aunque, no siempre supieran qué estaban mencionando con la palabra nenúfar. Se cuenta que el poeta malagueño Francisco Villaespesa, paseaba en una de tantas ocasiones del brazo de Unamuno, y al pasar por un estanque se asombró Villaespesa al ver aquellas flores tan bonitas que flotaban. “Mire usted, Don Miguel, qué maravilla, ¡y flotan! ¿Qué serán?… “Son nenúfares- respondió Unamuno-… Esas flores de las que tanto habla usted en sus poemas”.

Sintácticas

De la comandante cero:

Las solidaridades, las más de las veces se realizan fuera de las de las amistades.

De Jevs:

Nos estamos muriendo desde que nacimos, pero no nos damos o no queremos darnos cuenta, ahora lo que se tiene es miedo, y ya no sé qué es más profundo, si saber que uno empieza a morir desde que se ha nacido, o tener miedo, porque el miedo, destruye el pensamiento, a la fortaleza, debilita el alma y vence al espíritu.

De un antiguo refrán árabe:

La paz cuelga del árbol del silencio.

De Claudius a Anitzia, su hija en la película alemana El misterio de Praga:

Todos nacemos con la habilidad de hacer una única cosa que se nos da realmente bien…y la tragedia en la vida es que la mayoría, no intenta preguntarse para qué está dotado…que procures cumplir con tu deber Anitzia, me parece bien, siempre que no te conviertas en una víctima…Quiero decir que debes der amar tu trabajo para ser realmente buena.

Bach. Brandenburg Concerto No. 5 in D major BWV 1050. Netherlands Bach Society: