Desde que la pandemia por COVID-19 viene avanzando que se analiza sobre las distintas repercusiones que el SARS-COV-2 puede tener en las personas. Puntualmente, se ha estudiado también sus posibles efectos en los espermatozoides. Un estudio científico dado a conocer en enero de este 2020 asegura que el virus puede, en algunas ocasiones, “ser dañino para el tracto reproductivo masculino”.
Dicho estudio había encontrado que los hombres con COVID-19 manifestaban un “aumento significativo en la inflamación y el estrés oxidativo de los espermatozoides” de los pacientes más graves. El virus, en los pacientes investigados, también había repercutido negativamente en la concentración, movilidad y forma de los espermatozoides.
Ahora, una nueva investigación, difundida por la Universidad de Sao Pablo (USP) indica que el SARS-CoV-2 perjudica a los testículos y disminuye las hormonas y la calidad del esperma. “Hemos visto cambios cada vez más prolongados en la calidad del semen y las hormonas de los pacientes que tenían COVID-19, incluso en aquellos que tenían una afección leve o asintomática”, aseguró Jorge Hallak, andrólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la USP, además de ser coordinador del Grupo de Estudios de Salud del Hombre del Instituto de Estudios Avanzados.
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El trabajo fue publicado por la Fundación Amparo a la Pesquisa del estado de San Pablo, el fondo público financiador de la ciencia. Este manifiesta que pruebas hormonales y de fertilidad se ven alteradas, incluso meses después de que los pacientes con COVID-19 se recuperan de la enfermedad.
A pesar de ser un principio de prueba, lo cual no permite diagnosticar fertilidad o infertilidad, el recuento de espermatozoides de pacientes indicó que la motilidad espermática – es decir, la capacidad de los espermatozoides para moverse y fecundar el óvulo, cuyo índice normal está arriba del 50%- se bajó hasta entre un 8% y 12%. Estos niveles no mejoraron y se mantuvieron por un mes luego de la infección con SARS-CoV-2.
Las pruebas hormonales manifiestan además que los niveles de testosterona de muchos de los pacientes también disminuyeron luego de padecer la enfermedad. Si bien el nivel normal de esta hormona es de 300 a 500 nanogramos por decilitro de sangre (ng/dL), en pacientes que tenían COVID-19 este índice rondó por debajo de 200 y, a menudo, se mantuvo entre 70 y 80 ng/dL.
Los investigadores hallaron que el SARS-CoV-2 también infecta los testículos, lo que perjudica la capacidad de las gónadas masculinas para producir esperma y hormonas. “Es muy preocupante cómo el covid afecta a los testículos, incluso en casos asintomáticos o levemente sintomáticos de la enfermedad. Entre todos los agentes que dañan los testículos que he estudiado hasta ahora, el SARS-CoV-2 parece ser muy activo”, señaló Hallak.
En un estudio realizado a 26 pacientes que tenían COVID-19, los científicos -por medio de ecografías- encontraron que más de la mitad tenía inflamación en el epidídimo, la zona encargada de almacenar los espermatozoides y donde adquieren la capacidad de moverse. Los pacientes analizados tienen una edad promedio de 33 años y fueron atendidos en el Hospital de Clínicas de la ciudad de San Pablo.
Los especialistas sugieren que en la post pandemia se efectúen campañas de divulgación acerca de estos posibles inconvenientes que puede traer el COVID-19 en el sistema reproductivo masculino. “Es ideal que adolescentes, adultos jóvenes y hombres en edad o con deseo reproductivo, luego de haberse infectado con el SARS-CoV-2, busquen un urólogo o andrólogo y tengan una cita médica con medición de volumen testicular, de testosterona y otras hormonas, además del análisis de semen con pruebas de función espermática”, resaltó Hallak.
“El investigador estima que el covid podría provocar un aumento de la infertilidad masculina. Actualmente, entre el 15% y el 18% de las parejas enfrentan dificultades para concebir hijos, debido a problemas masculinos en el 52% de los casos”, alertó el comunicado.
Agencias