La historia reciente del Partido Acción Nacional en Veracruz es un rosario de desencuentros y confrontaciones que parecen no tener fin. Los grupos internos del blanquiazul en la entidad están divididos y esa fractura ha costado posiciones al partido.
Este fin de semana fue evidente que la nueva pugna al interior del partido, donde el grupo identificado con la familia Yunes de Boca del Río pretende acelerar la salida de Joaquín Guzmán Avilés de la dirigencia estatal.
Es decir, que el dirigente salga lo antes posible del cargo; que se renueve la dirigencia y que se abra paso a otras expresiones internas.
Es claro que Guzmán Avilés dejó de contar con la mayoría de los consejeros y todo parece indicar que sus probabilidades de mantenerse al frente del partido son mínimas, casi nulas.
El domingo, un grupo de panistas se reunió para abordar el tema de la renovación del Comité Directivo Estatal. En un salón social de la capital veracruzana sesionó poco más de la mitad de los integrantes del Consejo Estatal.
El acuerdo fue convocar al proceso de renovación de la dirigencia estatal.
Se ignora si Guzmán Avilés fue convocado a dicha encerrona, pero su ausencia fue notoria; tampoco estuvieron sus incondicionales y afines.
Al final, los participantes en la reunión del golpe al de Tantoyuca crearon una comisión organizadora del proceso, misma que integrarán Luis Antonio Hernández, Eunice Reyes, Mizraim Castelán, Víctor Ramírez y Ethel González.
Minutos después, el presidente del Comité Directivo Estatal del PAN emitió un pronunciamiento en que expuso que “La presidencia del Comité Directivo Estatal y ningún otro órgano directivo del partido emitió convocatoria alguna para sesionar este domingo 12 de septiembre… por lo cual, la concurrencia en la cual con toda libertad se hayan reunido un grupo de Consejeros Estatales del PAN en Veracruz, no tiene el carácter de sesión ordinaria ni extraordinaria”; en pocas palabras, que carece de validez.
Dice Joaquín Rosendo Guzmán que “todo acuerdo tomado en la reunión mencionada, no cuenta con los efectos legales de una decisión tomada en sesión de Consejo Estatal…”.
En reacción a esa aseveración del dirigente, el grupo disidente insiste en que al estar presente la mayoría de los integrantes del Consejo Estatal, al existir quorum, la sesión es perfectamente legal.
Lo cierto es que la etapa de Guzmán Avilés está por cumplirse en el Comité Estatal del partido y prácticamente no existe posibilidad de una reelección.
Lo que está en juego, a fin de cuentas, no es el futuro inmediato del todavía dirigente, sino los reacomodos en el partido, de cara a la sucesión en la gubernatura de Veracruz en 2024.
Es claro que la alianza de Guzmán Avilés hacia el interior del partido es con el grupo de senador Julen Rementería del Puerto. La disidencia que tiene como cabezas visibles a José de Jesús Mancha, Sergio Hernández, Maryjose Gamboa e Indira Rosales se agrupa en torno al ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, y a sus hijos Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez; de tal manera que lo que las fracciones de Acción Nacional disputan no es un cargo, sino el predominio interno de cara a la sucesión.
El comité que se nombre en este proceso estará en funciones cuando se nombre al próximo candidato a gobernador; a eso se debe la disputa por el cargo y la prisa para que Joaquín Guzmán se regrese a Tantoyuca.
@luisromero85
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