Zoé Robledo, titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), acusó que el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) falló en avisar al Hospital General de Zona con Medicina Familiar No. 5 que se avecinaba una inundación en el centro de Tula, Hidalgo.
“Ni el personal del hospital, ni los directivos, ni la jefatura recibió una alerta en el sentido de que venía un desbordamiento del río (Tula) o una situación de esta naturaleza“, dijo en entrevista con periodista Ciro Gómez Leyva.
Señaló que de haber sido informado, el hospital habría tenido tiempo para evacuar a los pacientes o ponerlos a resguardo en la parte alta del nosocomio, lo que habría salvado la vida de las 14 personas que murieron.
“Si se hubiera tenido más tiempo, quizá se hubieran evitado defunciones, sin duda”, aseguró.
Aunque responsabilizó al Cenapred de no advertir lo inminente, Zoé Robledo afirmó que es entendible que, “quizá con los datos que se tenían en ese momento, no se podía prever que iba a haber un incremento (en el río) de ese nivel”.
Por otra parte, el director del IMSS reveló que las 14 personas que fallecieron, quienes eran pacientes COVID-19, lo hicieron en diferentes circunstancias; asimismo, aclaró que “no hubo ahogamiento por estar debajo del agua”.
Detalló que seis pacientes murieron por complicaciones de la COVID-19, siete fallecieron cuando dejaron de funcionar los respiradores al “tronarse la planta de luz de emergencia”, y uno más mientras era trasladado al hospital Magdalena de las Salinas.
“Seis de ellos que se logran subir a la parte de arriba y con los tanques de oxígeno, fallecen por las cuestiones inherentes de la enfermedad; seis más fallecen abajo, en el momento que se truena la planta de emergencia, que estuvo funcionando más de hora y media; una persona fallece después de que fue trasladada a Magdalena de las Salinas en helicóptero”, explicó.
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