Lo de Adán Augusto López a la Secretaría de Gobernación estaba pactado desde el 2018, cuando AMLO se levantó con la victoria. “A los 3 años te vas allá para trabajar el camino del que habrá de sucederme”, le dijo a su entrañable amigo. “Ayúdame en Tabasco y ten paciencia, que te llamaré para la mejor parte”.
En Palacio Nacional saben que con su llegada a la estructura se fortaleció la zona ultra radical del obradorismo. “Adán Augusto no sólo se acerca a la figura de un supersecretario de Gobernación, sino que puso a temblar a quienes se dicen muy amigos de Andrés Manuel”, me comentan.
Y es que la presencia de Olga Sánchez Cordero como número dos del Gabinete no incomodaba a alguien, pero la de su reemplazo hizo que varios cercanos a AMLO buscaran cerrar círculos en pro de fortalecerse. “Más de tres se molestaron, pues consideraban que ese cargo les pertenecía, o cuando menos, que no debería adquirir características de súper posición”.
El problema para varios con la llegada de Adán Augusto López radica en que temen perder protagonismo, y claro, influencia en las pocas decisiones que AMLO somete a votación interna. El paisano del Presidente estará prácticamente en todas las reuniones, y podría, (de acuerdo a fuentes en Palacio), convertirse en el personaje que más encargos finos reciba del Ejecutivo.
El nuevo secretario de Gobernación es más leal a su amigo que a sí mismo, es quizá (dicen) más obradorista que cualquiera en el Gabinete. Además, dentro de sus tareas buscará allanarle el camino a Claudia Sheinbaum hacia la candidatura, más aún después de que Marcelo Ebrard se fortaleció, tácitamente, con la “bendición” de Ricardo Monreal, en caso de que el zacatecano quede fuera de la contienda interna.
Adán Augusto López es quizá, en este momento, el personaje más poderoso en la estructura cercana de AMLO. “Sólo Marcelo Ebrard, Santiago Nieto, Jesús Ramírez, el Doctor Jorge Alcocer, y por ahí algún otro, conservan su ámbito de influencia intacto, fuera de la órbita del súper amigo”, me comenta un asesor del Presidente.
De igual forma, el nuevo secretario de Gobernación sabe que muy probablemente no dure los tres años restantes. “El acuerdo fue por el tiempo necesario para consolidar varios temas, entre ellos, afianzar, (de la forma que sea), a quien se quede con la candidatura de Morena rumbo al 2024”. Ahí está parte del plan de los “dos López” de Palacio.
Veremos qué ocurre y si les funciona.