A pesar de la eliminación de los estímulos como el Fidecine o Foprocine, México tiene todo para recuperarse del golpe de la pandemia y sacar adelante su industria audiovisual: talento, historias y una presencia global envidiable.

De acuerdo con el estudio “Detrás de cámaras: creatividad e inversión para América Latina y el Caribe”, realizado por el BID y Netflix, productoras de toda América Latina quieren abrirse camino en este mercado, que ven como una plataforma al mundo, pues aquí tienen infraestructura y acceso a flujos de inversión.

“No obstante, es importante que profesionales del audiovisual y gobierno trabajen en determinar las mejores vías para nutrir el campo. Fortalecer aquellos programas que funcionan y diagnosticar en conjunto las áreas de oportunidad será esencial para que la nueva Época de oro se convierta en una realidad permanente”, asegura el documento.

En este sentido, indica que algunos cineastas consultados para esta publicación se mostraban consternados por la eliminación de los estímulos
del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), así como del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine).

“Estos fondos, en conjunto, sirvieron para financiar casi setecientos proyectos cinematográficos entre 2000 y 2020, casi la mitad del total nacional. Aunque los apoyos no desaparecieron del todo, fueron reemplazados por el Focine, un programa cuyo presupuesto contempla
un monto disminuido!.

Y es que, afirma, América Latina ofrece ventajas importantes para productores extranjeros: costos relativamente bajos, cercanía con el principal mercado audiovisual del mundo (Estados Unidos), husos horarios compatibles con ese país y variedad paisajística.

Sin embargo, el documento aclara que estos atributos no son suficientes, porque se necesitan infraestructura, capacitación y un marco legal propicio para atraer la inversión.

“Tanto Uruguay, República Dominicana y Panamá, por ejemplo, han combinado leyes de cine y programas de incentivos para atraer inversiones e infraestructura de última generación. Algo parecido sucede con Córdoba y Mendoza (Argentina), Recife (Brasil) o Guadalajara (México), donde las productoras regionales juegan un papel de creciente importancia en un ecosistema históricamente concentrado en Buenos Aires, Bogotá y Río de Janeiro/Sao Paulo”.

Además, expone que la explosión de la demanda de contenidos, aunada a políticas públicas favorables que incluyen leyes de cine e incentivos a la producción, ha estimulado la industria en todo el continente.

De hecho, los grandes mercados históricos como México y Brasil producen volúmenes récord de contenidos audiovisuales; otros como Colombia han visto crecer la industria a tasas sostenidas; mientras que países que hace dos décadas no producían películas ahora estrenan cintas que son fuente de orgullo y reconocimiento internacional.

“En toda América Latina y el Caribe, la inversión en infraestructura ha generado empleos, convirtiéndola en un sitio donde es posible rodar y producir. Una vez que hayamos superado la pandemia y los rodajes se restablezcan en forma, estos tendrán la capacidad de reanimar otros sectores severamente afectados por la pandemia, como el de la hotelería y el turismo”, resalta.

En el caso de Netflix, recuerda que la empresa anunció que buscaría invertir 200 millones de dólares en contenidos locales para México en 2020; un año después, reveló que el monto subiría a 300 millones de dólares para 2021.

De acuerdo con datos de NextV, esto se traduciría en 14 producciones mexicanas (9 series, 2 películas, 2 programas), más costos en licencias de transmisión;

Amazon, a su vez, dio a conocer en enero de 2021 que en los siguientes cinco años produciría “15 nuevas series originales y locales, y 5 películas originales y locales” en México.

Mientras que Disney ha anunciado 70 producciones para la región y Warner Media reveló la llegada de HBO Max (que sustituye a HBO go) en 2021 y, como parte del lanzamiento de la plataforma, más de cien producciones originales latinoamericanas en los próximos dos años.

No obstante, en una encuesta realizada a más de 400 productores, un 58% consideró que en la región no tiene el talento con las capacidades técnicas necesarias para trabajar en las nuevas producciones.

Por lo que existen dos grandes oportunidades para fomentar la formación de más profesionales en la industria audiovisual y así lograr el crecimiento de la fuerza laboral: la primera es la creación de cursos, programas académicos y opciones de capacitación adecuados dentro de la oferta de las instituciones educativas; la segunda es una mayor conexión entre los planes de estudio y la demanda del mercado.

“A medida que la industria se diversifica, innova y se acerca a las necesidades del mercado global, las habilidades técnicas de los profesionales detrás de cámaras también tienen que estar a la par”, precisa.

Ya que debido a la velocidad con la que el mercado se está transformando y adaptando a los cambios tecnológicos, así como las dificultades que los sistemas formales de educación y formación tienen para responder a los nuevos requerimientos, han representado obstáculos para muchos de la industria.

Forbes

Conéctate con Formato7:

APUNTES | Difícil regreso a clases