Hace poco más de tres meses, cuando en una de las conferencias de prensa le preguntaron al presidente Andrés Manuel López Obrador por qué no había ido a la zona de la Ciudad de México donde la noche del lunes 3 de mayo se había desplomado parte de las vías elevadas de la Línea 12 del Metro, el mandatario contestó tajante: “No es mi estilo, eso tiene que ver con lo espectacular que se hacía antes. No me gusta la hipocresía, estoy al pendiente, estoy solidarizándome con las víctimas, pero esto no es irse a tomarse fotos. Al carajo, eso tiene que ver con el conservadurismo”.
Antes, en noviembre de 2020, viajó a su natal Tabasco hasta una semana después de las inundaciones que desencadenaron una ríspida confrontación entre el gobernador morenista Adán Augusto López Hernández y el director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, por el desfogue de la presa Peñitas que afectó a Nacajuca, Jalpa y Cunduacán, tres de los 17 municipios tabasqueños.
Inclusive, en esa ocasión al Presidente le llovieron críticas por una sensata pero polémica declaración: “Tuvimos que optar entre inconvenientes, no inundar Villahermosa y que el agua saliera por el Samaria, desde luego se perjudicó a la gente de Nacajuca, las zonas chontales, los más pobres, pero teníamos que tomar una decisión. Ahora estamos aislando abajo y donde vive la mayoría de la gente de Tabasco se evitó una inundación mayor”.
Ahora, tras el paso devastador del huracán “Grace” que afectó a Xalapa y otra veintena de municipios del centro y norte de Veracruz, el mandatario está siendo cuestionado porque anunció que apenas viajará al estado este martes –cuatro días después del desastre meteorológico– para anunciar un plan de apoyo para los damnificados. Y es que hasta ese día tenía agendado viajar con motivo de la conmemoración de los 200 años de la firma de los Tratados de Córdoba que en 1821 consumaron la Independencia de México.
En las redes sociales arreciaron las críticas en su contra por la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y por las toneladas de víveres que su gobierno acaba de enviar a Cuba y Haití, embarcadas irónicamente a través del puerto de Veracruz, mientras los damnificados de “Grace” en la entidad veracruzana no han recibido el mismo apoyo.
Además, desafortunadamente tampoco sus colaboradores le han ayudado mucho al Presidente. En el caso de Tabasco, en noviembre del año pasado, la directora de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Blanca Elena Jiménez, declaró: “Yo no le puedo decir que (el río Grijalva) no se desbordara ni tampoco les voy a decir que no se van a inundar porque, para las condiciones de como ustedes viven, es mejor estar prevenido. Así como estar conscientes, como diría alguna del medio: ‘aquí les tocó vivir’. Hay que aprender a vivir con lo que hay y estar muy conscientes de la situación”.
Y este domingo, la secretaria de Protección Civil del gobierno morenista de Veracruz, Guadalupe Osorno Maldonado, también alimentó el escarnio popular al declarar que “en Xalapa llovió más de lo que habíamos podido contemplar, no estaba integrado en los modelos, no pudimos alertar a la gente y desafortunadamente tuvimos pérdidas de vidas humanas”.
En total fallecieron siete, seis de ellos menores de edad. Ninguno debió morir así.