Aunque hace años que Google ha creado sus propios dispositivos, pretende dar un paso en firme y volcarse en el desarrollo de hardware. Los planos de su nueva sede en Silicon Valley lo confirman. Desde 2018, la compañía gastó 389 millones de dólares en la compra de terreno al norte de San José, en California, y ha estado trabajando desde entonces en la planificación de este nuevo espacio que incluirá un centro destinado a este propósito. Los detalles del proyecto, publicados por la CNBC, sumados al reciente anuncio por parte de la compañía de fabricar sus propios chips, ponen de manifiesto la nueva estrategia de la tecnológica.
Salas de reuniones, áreas de descanso, plataformas de equipos, cintas transportadoras, almacenes de envío. Las imágenes dejan ver lo que será ‘Midpoint’, el nombre de la futura sede de Google con aforo para 3.500 empleados, que se presenta como una instalación de I+D compuesta de un centro de operaciones de hardware y un campus tecnológico provisto de diversos espacios al aire libre. Estará ubicado entre su sede actual en Mountain View y ‘Downtown West’, su otro proyecto de mega sede aprobado en mayo.
La tecnológica estadounidense ha comenzado recientemente a invertir sus esfuerzos en el desarrollo de hardware, algo que, hasta hace pocos años, no parecía llamarle tanto la atención.
Lo hace bajo las órdenes de Rick Osterloh, el responsable del área de dispositivos y servicios, entre los se encuentran Google Nest, la gama de productos para hogares inteligentes, los smartphone Pixel y los ordenadores portátiles PixelBook. Desde 2016, Google empezó a apostar por la creación de su propio hardware, empezando a competir con compañías como Apple o Samsung. Anteriormente hacía sus pinitos, pero siempre se ejecutaban con unos ‘partnerships’ que le proporcionaron algún pero efímero gran éxito como el Nexus 5 desarrollado con LG.
Hasta ahora, la unidad de hardware no ha producido grandes ingresos en comparación con los generados por sus servicios de búsqueda en internet, YouTube o Google Cloud, pero los planes de la compañía pasan por obtener más participación del mercado en este ámbito. Buena muestra de este deseo es que sus nuevos modelos de smartphones, Pixel 6 y Pixel 6 Pro, abandonarán los chips Qualcomm e incorporarán un procesador propio desarrollado por la compañía. Esta maniobra que supone tener un mayor control de hardware y software al estilo del que tiene Apple.
El pasado enero Google también formalizaba la adquisición de la empresa de hardware fitness Fitbit, algo que ayudaba a la tecnológica a aumentar su presencia en el mercado de dispositivos portátiles. Pese a que no fabrique sus propios relojes o pulseras inteligentes, la compañía sí que proporcionaba el software que incluyen estos productos a otros fabricantes. Además, los planos muestran zonas verdes, áreas a la sombra, espacios preparados para reuniones al aire libre entre sus empleados, servicio de transporte y parking para bicicletas. Pese a que los planes de vuelta a la presencialidad han ido retrasándose, los esfuerzos de la compañía por ampliar sus espacios de oficina y el fomento de lugares de encuentro entre sus empleados dejan ver que el teletrabajo no será la opción prioritaria en el futuro de la compañía.
elconfidencial.com
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