En su informe sobre la revisión a la cuenta pública de 2019, el Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz dio a conocer siete observaciones a la Universidad Veracruzana; el monto de ese presunto daño patrimonial es de más de mil 684 millones de pesos.
La UV tiene áreas internas enfocadas a la fiscalización; cuenta con una Secretaría de Administración y Finanzas y con una Contraloría General; se supone que la revisión a las cuentas, los números y los procesos internos están permanentemente vigilados y auditados; aun así, el ORFIS reveló elevado daño.
A la Universidad, la casa de estudios más importante de Veracruz, le emitieron 9 observaciones de carácter financiero-presupuestal, y 12 más derivadas de la auditoría técnica a la obra pública; además, el ORFIS le giró 15 recomendaciones.
Por ejemplo, hay contratistas que recibieron recursos que no pudieron solventar, por lo que el órgano auditor recomendó establecer el status de las obras; finiquitar las obras u operaciones y amortizar los saldos de los anticipos; así como emprender acciones legales para su recuperación.
Una omisión de la actual administración de la UV tiene que ver con las ministraciones de ejercicios anteriores pendientes de entregar por parte de los gobiernos federal y estatal. La UV ha dejado de cobrar más de mil 930 millones de pesos.
Se dio a conocer, además, que la Universidad tiene diez terrenos cuya propiedad no puede comprobar.
El ORFIS indicó que de los 924 bienes reportados en el inventario físico de la UV, 449 no fueron localizados. Esos bienes que no aparecen representan un monto de 555 mil 295 pesos. Adicionalmente, la Universidad reporta casi 9 mil bienes extraviados, pero no levantó denuncias o actas administrativas para consignar la pérdida.
Por ejemplo, hay 2 mil 175 equipos de cómputo; mil 560 equipos médicos y de laboratorio; 943 aparatos audiovisuales; más de 3 mil muebles de oficina; y 329 cámaras fotográficas y de video que no encuentran.
¿Saqueo en la UV?; tal vez no; lo cierto es que todos esos bienes deben estar en alguna parte; si no hay robo, al menos sí irresponsabilidad en el manejo de los recursos, omisión y la probable comisión de un delito.
¿No se dieron cuenta en la rectoría de la UV que faltaban 9 mil bienes?; o bien, ¿se dieron cuenta y no procedieron a denunciar la desaparición de equipos?; como sea, todo eso habla de desidia, de indolencia e, incluso, de irresponsabilidad a la hora de defender el patrimonio universitario.
La revisión a las cuentas de la UV establece también obras inconclusas y una larga lista de presuntas irregularidades.
Son temas que deberían preocupar a la rectora Sara Ladrón de Guevara y a su equipo responsable de contraloría y administración; evidentemente, a estas alturas están más preocupados por la sucesión en la máxima casa de estudios que en entregar con transparencia, cuentas limpias y finanzas sanas.
@luisromero85