La crisis por el aumento sostenido del precio y el abasto suficiente de gas en el país ha vuelto caer como anillo al dedo al gobierno federal, acusando a las empresas de un problema coyuntural en materia energética, aunque esta vez, el Presidente está utilizando un argumento confirmado por millones de consumidores: un monopolio abusivo y voraz. Miles de quejas al día lo confirman.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha denunciado a las empresas gaseras que se niegan a impedir la verificación. En algunos casos, ha tenido que recurrir al apoyo de la Guardia Nacional y de la Fiscalía General de la República para realizar su trabajo. Hoy son esas mismas empresas las que acusan la distorsión del mercado por la intervención del gobierno como un nuevo competidor.
Pero el Gas Bienestar no es la solución. El propio Presidente ha reconocido que no ha podido cumplir su promesa de mantener los precios del gas doméstico, uno de sus principales compromisos de campaña. Los mexicanos han pagado entre 30 y 50% más en lo que va del 2021, entre otras cosas porque el mercado de ese producto no funciona.
Los precios del gas que se utiliza en 7 de cada 10 hogares mexicanos –y en millones de comercios en el país- subieron el año pasado, cuando el precio internacional del gas bajó. Siguieron subiendo en 2021, ahora justificado por alzas en el precio internacional. En efecto, nadie ha puesto freno a las gaseras.
Para nadie es un secreto que el Presidente López Obrador fundará una nueva empresa estatal para distribuir gas sólo con propósitos populistas. No es casualidad que haya iniciado su aventura como repartidor de gas en la Ciudad de México, donde Morena parece haber perdido su bastión electoral y que podría ser un factor decisivo en la elección presidencial de 2024.
Si en verdad estuviera preocupado por el costo del gas licuado, haría una vigilancia férrea a las pocas empresas que controlan el mercado y que de manera discrecional establecen los precios del combustible, justificando el costo internacional.
El problema es mucho más grave: el gobierno no tiene dinero y piensa invertir 11 mil millones de pesos para la creación de Gas Bienestar, empresa que hoy no cuenta con instalaciones, infraestructura, vehículos de transporte, tanques, y por supuesto, personal administrativo y repartidores. Esto aumentará la brutal deuda de Petróleos Mexicanos, cuyos bonos hoy son basura.
Se trata de otra decisión sin ningún fundamento de política pública, como lo denunció el ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, al momento de presentar su renuncia al Presidente.
El precio y el abasto del gas no se resolverán con la creación de una nueva empresa estatal, como tampoco se ha resuelto el problema del huachicol y el aumento constante del precio de la gasolina. El combustible nunca costará lo que ofreció el Presidente porque sencillamente tendría que destinar miles de millones de dólares para subsidiarlo. Lo mismo pasará con el gas.
El abuso de las gaseras se ha convertido en el mejor argumento del Presidente. Lo que urge es que haya un verdadero control sobre el robo que realizan a miles de consumidores, todos los días, en nuestras narices.
20 mil contagios de Covid19 en un día
México está atravesando el peor momento de la pandemia; ayer se registraron 20 mil 685 nuevos casos, la cuarta cifra más alta en año y medio. Estamos en los niveles de la primera ola, lo que muestra una gravísima crisis sanitaria que el gobierno ha preferido ignorar, apostando a que la letalidad es menor.
¿Por qué es más grave? En los primeros días de enero vivíamos los contagios consecuencia del fin de año y las vacaciones decembrinas; apenas iniciaba el proceso de vacunación –la mayoría de las personas no estaban vacunadas- y casi no había casos en niños y adolescentes.
Ahora tenemos los mismos números -20 mil contagios en un día- sólo que con todo al revés, es decir, la mayoría de las personas ya recibieron al menos una dosis de la vacuna, ya casi no hay espacio en hospitales y cada vez hay más casos en niños y adolescentes. Lo único semejante es que también es consecuencia de un periodo vacacional por el fin de cursos y el inicio de verano.
Veracruz está aún peor. Durante la primera ola, el pico máximo de contagios fue de 542. En la cresta de la segunda ola apenas alcanzamos los 355 casos positivos, pero en esta tercera ola, esta semana ya registramos mil 60 casos, lo que nos pone en primer lugar nacional.
A menos de un mes de regresar a clases presenciales el próximo 30 de agosto, por primera vez desde que comenzó la pandemia Veracruz se encuentra entre los que registran más número de casos positivos acumulados de COVID-19 entre niñas, niños y adolescentes.
¿Qué parte el gobierno y la gente que abarrota los lugares públicos no han entendido?
Las del estribo…
1. El Banco Mundial informa que durante estos primeros 30 meses de administración morenista, suman un total $3,855 millones de dólares los préstamos otorgados a México. En toda la administración de Enrique Peña Nieto, sumaron la cantidad de 2 mil 331 millones de dólares. ¿Acusarán también al BM de que la información es cierta pero “exagerada”?
2. Sin duda en el Ayuntamiento de Xalapa se paga muy bien. Aun se recuerda al “osito tequilero”, Vicente Alarcón Cerda, entonces coordinador de la Cultura del Agua, quien se fue a escondidas al mundial de Brasil. Ahora tocó el turno al regidor 13, Osbaldo Martínez Gámez, quien apareció en las Olimpiadas de Tokio sin haber pedido permiso al cabildo. ¡Chulada!