Las grasas tienen mala fama, cuando de nuestra alimentación se trata: consideramos que es sinónimo de muchas calorías y que además podría causarnos problemas de salud.
Sin embargo, forman parte de los lípidos: un grupo de nutrientes importantes que debemos incluir en nuestra dieta diaria.
Comemos para reponer energías, pero también para obtener los materiales necesarios para que ciertas partes de nuestro cuerpo se mantengan funcionales.
Los lípidos constituyen diferentes tejidos de nuestro cuerpo y algunos, como el colesterol, son precursores de hormonas.
Así que no debemos evitar comer grasas, simplemente debemos hacerlo con moderación y elegir alimentos que contengan las que tienen los lípidos en sus formas que son más aprovechables y saludables para nuestro cuerpo.
Chocolate
No parece nada mal empezar esta lista con chocolate y es que aparentemente empezar cualquier cosa con chocolate está muy bien. Un estudio reciente hecho con mujeres, muestra que comer chocolate por la mañana no contribuye a aumentar el peso y sí baja los niveles de cortisol, una hormona asociada con el estrés.
Esto quizá tiene que ver con que el chocolate, además de grasas, contiene antioxidantes y otros micronutrientes como hierro, magnesio y cobre.
También se ha estudiado su efecto en la salud del corazón: así se sabe que quienes consumen chocolate habitualmente tienen menos probabilidades de tener una enfermedad cardiovascular.
Dado que este alimento contiene mucha azúcar, para evitar las calorías vacías, siempre será mejor opción consumirlo en la versión que contenga menos: el chocolate amargo.
Aguacate o palta
¿Aguacate o palta? ¿Fruta o verdura? No importa como clasifiquemos a este alimento es muy saludable por muchas razones.
Botánicamente es una fruta, pero a diferencia de la mayoría de ellas, el aguacate contiene muchas más grasas que carbohidratos.
Uno de los lípidos principales que encontramos en la palta es el ácido oleico, una grasa monoinsaturada, presente en muchos vegetales, que contribuye a controlar el colesterol en nuestra sangre: favoreciendo las lipoproteínas de alta densidad (HDL) o “colesterol bueno”.
Además también contiene otros nutrientes importantes que acompañan a las grasas: como potasio y fibra.
Nueces
Otro ejemplo de grasas saludables de origen vegetal están en las nueces. Y su consumo también contribuye a regular el colesterol en nuestra sangre, disminuyendo el “colesterol malo”: las lipoproteínas de baja densidad (LDL).
Al igual que el aguacate, contienen otros nutrientes: una buena cantidad de fibra, que es importante para nuestra digestión, además de micronutrientes como vitamina E y magnesio.
Si te preocupa que comer alimentos con grasas, pueda contribuir a aumentar tu peso, con las nueces se tienen evidencias de que pasa lo contrario: quienes las consumen tienen menor propensión a la obesidad.
Quesos
No todos los quesos contienen la misma cantidad de grasas, pero tal vez eso podría hacer parecer que los más grasosos son una elección menos saludable que otros.
Sin embargo, el tipo de grasas que contiene este tipo de alimentos, aunque es de origen animal, está formada por lípidos como el ácido trans-palmitoleico, cuyo consumo se relaciona con un menor riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes.
Además los quesos contienen muchos otros nutrientes que necesitamos, principalmente proteínas, además de calcio y vitamina B12.
Huevos
Otro alimento de origen animal, que a veces se considera no del todo saludable por su contenido de grasas. Incluso a veces se considera que es mejor consumir solo las claras y no las yemas.
Esto, porque un huevo contiene 212 mg de colesterol, lo que representa más de la mitad del consumo diario recomendado, en adultos.
Pero se tienen evidencias de que consumirlos no contribuye a elevar los niveles de “colesterol malo” en la sangre. Si a eso le sumamos que contienen además otros nutrientes como proteínas, vitaminas y minerales, resulta que son un alimento muy saludable.
Como siempre en cuestiones de alimentación la clave es consumir alimentos que contengan no solo uno, sino una variedad de nutrientes.
Fayerwayer/ Paula Garcia