La lucha contra la enfermedad de Parkinson tiene varios frentes abiertos. Se ha experimentado con fármacos, se han probado distintas terapias, se estudia la predisposición genética o se trabaja con juegos mentales y físicos. Pero existe una vía divertida y efectiva que han descubierto los investigadores de Parkinson’s Progression Markers Initiative: bailar.
Las pruebas son fehacientes y los resultados espectaculares. Para el experimento, se analizaron los problemas de movimientos involuntarios en el cuerpo y la cara y el nivel de ejercicio de un grupo de persona. Después, se inscribió a los individuos en clases de baile semanales durante varios años para comprobar la evolución. Transcurridos varios años, se llegó a la conclusión de que los síntomas del párkinson se habían mitigado. Habitualmente, el proceso desde la diagnosis hasta el quinto año de enfermedad supone un declive físico muy evidente, pero en estas clases se comprobó que las funciones motoras permanecían más o menos igual que cuando empezaron sus clases de baile cinco años antes.
Según los expertos, las sesiones de baile moderno, ballet, bailes folclóricos y otras danzas populares ayudaron a mejorar porque los ejercicios aeróbicos no solo son buenos para el sistema circulatorio, sino que cuando saltaban o hacían otros ejercicios anaeróbicos también sumaban otros beneficios. Además, la actividad ayuda a reducir la ansiedad y sumaba efectos psicológicos positivos y de relaciones sociales entre los bailarines.
El fundamento científico tras la conexión baile y salud está en una proteína que tiene efectos protectores contra la neurodegeneración, como han demostrado otros estudios con entrenamientos físicos como el HIIT.
El estudio confirma lo que las sensaciones ya habían anticipado. “Mucha gente con párkinson nos dice que el ejercicio y la actividad física pueden ser tan importantes como la medicación para gestionar los síntomas”, asegura la doctora Katherine Fletcher, investigadora británica de la enfermedad. “Actualmente, hay solo unas pocas investigaciones sobre los tipos específicos de ejercicios que son más beneficiosos que otros con la gente con párkinson, así que animamos a los individuos a que exploren lo que mejor funciona a cada uno”, concluye la experta.
Bailar, bailar, bailar
De este modo, como si fueran los ecos de una canción de King África, bailar, bailar, bailar es la recomendación que se escucha de los expertos de la fundación sufragada por el actor Michael J. Fox. Junto con los tratamientos adecuados y una vida sana, puede ser el secreto para retrasar la enfermedad.
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