Las células inmunitarias denominadas células asesinas naturales contribuyen al rechazo de órganos tras el trasplante porque pasan por alto las proteínas “propias” de las células del donante, según un estudio publicado en la revista ‘JASN’. Una mejor comprensión de este proceso podría ayudar a los médicos a prevenir y tratar el rechazo de órganos.

Los órganos trasplantados son reconocidos por el sistema inmunitario del receptor como extraños o no propios, lo que provoca el rechazo de los órganos. El rechazo se previene o se trata con fármacos que suprimen el sistema inmunitario, principalmente dirigidos a las células inmunitarias T, sin embargo, el rechazo puede seguir produciéndose a pesar de dicho tratamiento, no sólo porque las células T pueden no estar completamente suprimidas por la terapia, sino también por los anticuerpos y las “células asesinas naturales” que se dirigen al tejido del donante.

Las células asesinas naturales desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario humano, ya que participan en el reconocimiento y la eliminación de células dañinas, como las células tumorales.

Estas células dañinas a veces intentan escapar de la detección inmunitaria disminuyendo las proteínas MHC, que son proteínas expresadas en las células que permiten a las células T unirse a ellas, reconocerlas y tolerarlas.

Este mecanismo hace que las células dañinas sean invisibles para las células T, pero no para las células asesinas naturales. A través de sus receptores KIR, las células asesinas naturales pueden detectar la ausencia de estas proteínas MHC y, por tanto, eliminar las células dañinas. Esto constituye un mecanismo de defensa muy importante.

En el trasplante, las células del donante en el órgano trasplantado no escapan a la detección inmunitaria por la disminución de la expresión del CMH, sino que estas células del donante expresan proteínas CMH diferentes a las del receptor. Por tanto, las células asesinas naturales del receptor pasan por alto el CMH “propio” de estas células del donante y se activan.

“Esto es exactamente lo que descubrimos en nuestro estudio de 924 trasplantes de riñón: que el ‘yo ausente’ predicho por los análisis genéticos de las moléculas MHC de donantes y receptores, y el repertorio KIR determinado genéticamente de los receptores, es predictivo del rechazo en las biopsias de trasplante de riñón”, explica el autor principal Maarten Naessens, de la Universidad KU Leuven, en Bélgica.

“Por lo tanto –prosigue–, nuestro estudio muestra que el genotipado de los donantes y receptores no sólo para el MHC (como se hace en la práctica clínica habitual), sino también para el KIR, nos permitirá evaluar la presencia o ausencia de ‘self’, y mejorar la evaluación del riesgo de rechazo del trasplante renal”.

“Además, nuestros resultados demuestran la importancia de estas células asesinas naturales tras el trasplante y sugieren nuevas formas de prevenir o tratar el rechazo del trasplante renal”, añade el autor principal, el doctor Jasper Calle Meyn, también de la KU Leuven.

infosalus.com

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