En corto, cuando le han tocado el tema de la sucesión en la Rectoría de la Universidad Veracruzana (UV), de cuya Facultad de Economía es egresado, el secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco, suele decir que él no tiene candidato, en obvia alusión al director del Sistema Estatal de Planeación de la Sefiplan, Darío Fabián Hernández González, uno de los 13 aspirantes que según la Junta de Gobierno sí cumplieron con los requisitos estipulados en la convocatoria para suceder a la rectora Sara Ladrón de Guevara.

Sin embargo, se supone que Lima Franco al menos debió ser consultado por su subordinado al momento en que decidió registrarse en el proceso de designación rectoral. Y no solamente no le pidió que se separara de manera temporal de su cargo ante la evidente distracción que le representa esta aspiración, sino que además ha sido permisivo para que el funcionario use presuntamente instalaciones y recursos humanos y materiales de la dependencia estatal en beneficio de su proyecto personal.

Pero, según ha trascendido, Hernández González no es el único que anda acelerado por ocupar un alto puesto como la Rectoría de la UV, sino que supuestamente también el titular de la Sefiplan habría sido entusiasmado con la posibilidad de encartarse en la sucesión estatal de 2024 para relevar al gobernador Cuitláhuac García, no obstante que en el primer círculo de poder del gobierno federal todo mundo sabe que, en primera instancia, la carta del presidente López Obrador para la gubernatura de Veracruz es la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y después de ella el senador con licencia Ricardo Ahued, recién electo alcalde de Xalapa. Inclusive, en el gabinete estatal habría otros aspirantes como el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, quien como operador electoral de 2018 y ahora como titular de la SEGOB ha construido una estructura municipal y distrital con alcaldes y diputados locales de Morena que trabajarán para la candidata o candidato que designe el partido.

Además, nadie se imagina a Lima Franco en una contienda con los niveles de violencia política que ensangrentaron el proceso electoral del pasado 6 de junio.

Y es que hace casi un mes ocurrió un trágico suceso en la región de su natal Poza Rica que le causó una fuerte consternación.

La tarde del miércoles 30 de junio pasado fue ejecutado a balazos su amigo Nicanor Martínez Olguín, quien por unos meses fue diputado federal en sustitución del propietario Leonardo Amador Rodríguez, el cual había pedido licencia de su cargo para buscar la alcaldía pozarricense.

Martínez Olguín, quien fue ejecutado cuando llegaba a su casa de Guayabal, municipio de Tihuatlán, había incursionado en la actividad política en el proceso electoral estatal de 2013, apoyando al ex alcalde Gregorio “Goyo” Gómez Martínez, su amigo y compadre en ese entonces, quien a principios de abril pasado, recién designado candidato a la misma presidencia municipal por la coalición PRI-PAN-PRD, fue detenido por la Fiscalía General del Estado, obviamente con el visto bueno de Palacio de Gobierno.
Se recupera Arturo Reyes

Desde la noche del pasado martes, el periodista Arturo Reyes Isidoro se recupera en casa del contagio de Covid-19.

Este miércoles, su hermano Francisco difundió en las redes sociales el siguiente mensaje del popular periodista autor de la columna política Prosa Aprisa: “Familia. Llegué anoche a las once a la casa. Nunca perdí la fe en Dios. Estoy libre del virus. Ahora iniciaré un proceso de recuperación que tardará. Dios me dio la fuerza necesaria para salir adelante. Voy a descansar ahora”.

Desde este espacio le enviamos un afectuoso abrazo, con nuestros mejores deseos de que vuelva pronto a la actividad periodística. Sus miles de lectores lo extrañamos.