Por Yair Ademar Domínguez
La corrupción que ha imperado en el país, como un monstruo de mil cabezas, se retuerce, se niega a desaparecer y por todos los frentes intenta minar el movimiento que está impulsando el presidente Andrés Manuel López Obrador para crear conciencia de que el país no puede permitir ese modus vivendi que benefició a unos cuantos a costa del pueblo mexicano.
En nuestro país se normalizó el moche, el cochupo, el saqueo desmedido, sin miramientos, en despoblado y a la vista de todos. Hombres y mujeres, familias enteras se enriquecieron de la noche a la mañana. El servidor público ya no era ese hombre o esa mujer que se dedicaban con esmero a servir a sus vecinos, a los ciudadanos, a sus contemporáneos en general. No, el servidor público se convirtió en un saqueador. El servicio público se convirtió en el espacio ideal para exprimir las arcas de los tres órdenes de gobierno.
Como un cáncer, la corrupción que promovió este sistema presidencialista neoliberal se normalizó. Sí, así como lo lee amable lector. Robar, saquear, dejar al pueblo sin presupuesto, sin medicinas, sin carreras, era parte de la vida cotidiana y ¡hay de aquel que no lo hiciera¡, porque en el momento era marcado como un ‘pen-tonto’. Los mexicanos, desafortunadamente, nos acostumbramos a esa normalidad, a los lujos de los funcionarios públicos, al derroche desmedido.
Ahora que el hijo del veracruzano Miguel Alemán Velasco, Miguel Alemán Magnani, se exilio a París, Francia, para evadir la justicia, por defraudación fiscal, ¿quién no recuerda el saqueo que este gobierno protagonizó en Veracruz? Esos tiempos de impunidad se terminaron, porque con la 4T no sólo se está transformando la realidad del país, también se está haciendo justicia.
Decía que la corrupción se normalizó como un modus vivendi. Es más, quién no robaba era mal visto, porque se pensaba que ese iba a ser el “soplón”, el que iba a destapar el mar de corruptelas. Entonces lo normal era entrarle a la dinámica del saqueo, para no ser mal visto. Aquí se aplicaba con toda verdad una especie de transmutación de valores, porque lo malo era visto como algo bueno y digno de elogio.
Pero eso se acabó. Por ello los ataques desmedidos, las campañas de grupos ligados al antiguo régimen, particularmente de PRI y PAN. Para ellos, atender al pueblo, entregar pensión a los adultos mayores, becar a niñas y jóvenes, entregar el dinero de manera directa, sin intermediarios, es “populismo”. No señores, eso es justicia, porque el dinero del gobierno no es de los gobernantes, es del pueblo.
La cita que los mexicanos tendremos en las urnas el domingo 1 de agosto es de suma importancia. El PRIAN a través de sus actores políticos está tratando de minar esta consulta que marcará un antes y un después en el modo de exigir justicia en nuestro país. El Instituto Nacional Electoral tiene que actuar con firmeza y no dejarse manipular por quienes le apuestan al autoritarismo del pasado. El punto es muy claro, porque los mexicanos queremos juicio político a los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. En eso no hay vuelta de hoja. Sólo en la justicia podremos caminar en paz.
Chocholeo bien ganado
En Morena nos enorgullece que jóvenes talentosos como el diputado local electo por el distrito XII de Coatepec, Luis Ronaldo Zárate, tenga clara la esencia de nuestro movimiento. Por ello, nos anima el reconocimiento que le hizo el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez al reconocerle su iniciativa de reducción de salarios en el próximo Congreso Local. Esto es una muestra de que los jóvenes tenemos interés de sacar al país adelante, siendo congruentes en nuestro actuar dentro del servicio público.
Comentarios: Facebook Yair Ademar Dominguez Twitter @YairAdemar