El Organismo Público Local Electoral de Veracruz inició el procedimiento de prevención en el caso de los partidos políticos que no lograron la meta mínima del tres por ciento en las elecciones del pasado 6 de junio; es el paso previo a la extinción de esas fuerzas políticas.

En Veracruz, en agosto de 2020, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la creación de cuatro nuevos partidos, Podemos, Todos por Veracruz, Unidad Ciudadana y Cardenista.

Dos meses antes, a mediados de junio, el OPLE aprobó el registro de las que hasta entonces eran organizaciones civiles que se asentaron con los nombres de “TXVER, A.C”, “Podemos Veracruz Primero y Siempre A.C. y/o Podemos”, “Bienestar y Justicia Social” y “Unidad Ciudadana A.C.”

En junio del año pasado, la autoridad electoral, a través de la Comisión Permanente de Prerrogativas y Partidos Políticos determinó que a las nuevas fuerzas políticas con reconocimiento les asignarían recursos por poco más de tres millones 173 mil pesos durante el segundo semestre; es decir, el dos por ciento del financiamiento aprobado para actividades ordinarias.

Posteriormente, en diciembre pasado, en la aprobación del presupuesto, dicha instancia aprobó para los nuevos partidos de Veracruz recursos por más de 6 millones 676 mil pesos para actividades ordinarias, 250 mil pesos para actividades específicas, y casi 9 millones de pesos para gastos de campaña.

Esos, en síntesis, fueron los recursos aprobados para los partidos políticos de reciente creación en la entidad veracruzana.

Previo al arranque de las campañas y mientras todos los dirigentes de esas fuerzas políticas trabajaban en la selección de sus candidatos, el ambiente que prevalecía al interior de los nuevos partidos era de confianza; todos mostraban optimismo y todos decían que podrían alcanzar el 8 o 10 por ciento de la votación total.

Algún dirigente despistado, probablemente alejado de la realidad política de Veracruz, planteaba el triunfo en dos docenas de contiendas municipales.

Nada de eso, todos, sin excepción, terminaron avasallados; la jornada electoral fue un duro golpe de realidad para los dirigentes y promotores de esos nuevos partidos, que albergaban la esperanza de obtener un resultado que les permitiera llegar a la elección de 2024, cuando en Veracruz se elegirá al sucesor de Cuitláhuac García en el Poder Ejecutivo.

El único partido local veracruzano que estuvo relativamente cerca de conservar el registro fue Podemos, que en la contienda por los ayuntamientos se quedó a menos de cinco décimas de lograr la meta, algo así como 15 mil votos; el resto simplemente no tuvo lo necesario para dar batalla.

En la elección para diputados locales, Todos por Veracruz –partido identificado con el diputado federal priista Héctor Yunes– no llegó ni al 2 por ciento; en las municipales, 2.19; Podemos, de Francisco Garrido, 1.9 en la contienda por el Congreso; y 2.55 en los comicios municipales.

Igual ocurrió con Unidad Ciudadana –opción encabezada por Cinthya Lobato–: 1.45 en la elección por las diputaciones; y 2.04 en las municipales.

El partido local con los peores resultados fue el Cardenista, que apenas superó el 1 por ciento; de pena ajena.

Pues bien, después de esos resultados, el OPLE inició la etapa previa a la liquidación de los cuatro nuevos partidos veracruzanos, que tuvieron una vida efímera, pero al menos dos de esas fuerzas políticas buscan por la vía legal mantener su registro, algo que se observa sumamente complicado, dado el desafortunado resultado que obtuvieron en la jornada del 6 de junio.

@luisromero85