El 30 de junio padres de niños con cáncer que bloquearon el acceso principal al aeropuerto de la Ciudad de México en demanda de medicamentos para sus hijos, tuvieron el honor de ser atendidos en plena calle por un tal Adalberto Javier Santaella que se presentó como Coordinador de Abasto del INSABI.
Santaella mostró documentos que amparaban la compra de medicamentos oncológicos y su distribución en 25 estados. Al día siguiente y para reforzar la puesta en escena, el INSABI aseguró que estaba garantizado el abasto PARA TODO EL SECTOR SALUD y obviamente también había medicinas oncológicas.
Mediante un comunicado la dependencia dio a conocer que se había logrado la firma de contratos con India, China, Corea del Sur, Italia, Argentina, Cuba, Francia, Japón, Inglaterra y Canadá. Y que este año quedaría consolidado el nuevo sistema de adquisición de medicamentos desterrando las prácticas monopólicas y garantizando el abasto hasta el 2024.
Pero todo ha sido una inmunda mentira.
El hospital infantil del puerto de Veracruz y los padres y madres de niños con cáncer son un lamentable ejemplo de que nada de lo que ha dicho el INSABI es verdad.
Precisamente porque no hay medicinas oncológicas en ninguna ciudad del estado, hace dos semanas instalaron un plantón en las afueras del hospital y nadie les ha hecho caso. Ahí comen, conviven y duermen a la espera de una respuesta que no llega.
Este martes salieron del puerto hacia la Secretaría de Salud en la Ciudad de México. El reportero del Grupo Imagen Marco Silva y el camarógrafo Miguel Ángel Fuentes, los acompañaron en un recorrido de seis horas y 400 kilómetros.
Imelda es una de las integrantes del plantón a la que acompaña su hijo Miguel de cinco años y con leucemia desde hace tres. A diferencia de las demás madres y padres que dejan a sus hijos al cuidado de familiares, Imelda que es madre soltera, jala para todos lados con Miguel porque viven en una comunidad a siete horas del puerto jarocho y no tiene con quien dejarlo. Entre marchas y plantones con su hijo ya lleva un mes fuera de su casa.
Los 18 padres y madres llegaron a la capital del país a las siete de la mañana, pero tuvieron que esperar siete horas porque la cita con funcionarios del INSABI era hasta las dos de la tarde. Miguel, que duerme todas las noches en dos sillas instaladas en el plantón de Veracruz llegó adormilado, cansado y llorando.
La reunión con los funcionarios duró tres horas, pero ninguno supo decir en qué hospitales de Veracruz y Xalapa están los medicamentos. Y nomás hay que imaginar lector, la nueva y terrible desolación de los padres.
Si hubiera escasez mundial de medicinas nada habría por hacer. Pero las hay en los diez países con los que se supone, el gobierno de México firmó su adquisición para abastecer a TODO EL SECTOR SALUD.
¿En qué entidades están? ¿En cuáles hospitales se encuentran?
El gobierno está jugando con los sentimientos de esos padres y la vida de sus hijos al crear una infame mentira. Y tampoco hay abasto en TODO EL SECTOR SALUD lo cual es otra infamia para el resto de los mexicanos.
Queriendo encontrar otro ejemplo de desprecio hacia los niños de mi país por parte del gobierno federal me remonté al pasado y no encontré nada parecido. Y es que nada parecido hay.
Los gobiernos corruptos, ladrones, neoliberales, fifís y conservadores jamás abandonaron a los niños con cáncer y menos cometieron la infamia de engañar y traer a las vueltas a sus padres, como lo ha hecho el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. O para decirlo más claro, como lo ha hecho el propio López Obrador tanto en persona como mediante sus esbirros de la Secretaría de Salud.
Se tienen contabilizadas al menos cinco ocasiones en que el Presidente ha dicho que ya vienen las medicinas o que ya están aquí. ¿Por qué tanta crueldad e impiedad?
La mancha que lo marcará para siempre no será por la cancelación de un aeropuerto, ni por el cierre de las estancias infantiles, ni por la desaparición de los fideicomisos, ni por su apapacho a los criminales, ni por tirar miles de millones de pesos al hoyo negro de Pemex, ni por el pésimo manejo de la economía, ni por su apoyo a un violador para que fuera gobernador…
Lo que lo que lo marcará mientras viva será su responsabilidad en la muerte de 1,600 niños (hasta ahora) por negarse a proporcionarles sus medicamentos.
Al ver al pequeño Miguel me pregunté ¿cuánto tiempo aguantará sin sus medicinas y los días por venir de marchas, plantones y viajes de la mano de su afligida pero tozuda y valiente mamá?
Reitero lo que dije hace unas semanas; si hay justicia en este mundo López Obrador y la pandilla que tiene al frente del sector Salud, deberán responder ante los tribunales internacionales por infanticidio múltiple.
Crímenes como ese no deben ni tienen por qué quedar impunes.
En días pasados manejé erróneamente el número de 3 mil menores con cáncer fallecidos por falta de medicinas, por lo que ofrezco una disculpa. De acuerdo a quienes llevan este registro el número de decesos hasta el mes anterior fue de 1,600. Aunque me gustaría que esta cifra también estuviera equivocada y no hubiera ningún niño muerto por criminal irresponsabilidad de un sujeto como el que vive en Palacio Nacional.