La mejora de los tratamientos del cáncer de mama HER2-positivo está más cerca, gracias a una nueva investigación realizada por un equipo dirigido por el profesor de la Universidad de Montreal Jean-François Côté en la unidad de investigación sobre la organización del citoesqueleto y la migración celular del Instituto de Investigación Clínica de Montreal, en Canadá.

Publicada en ‘PNAS’, la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la nueva investigación de Marie-Anne Goyette, estudiante de doctorado en el laboratorio de Côté, revela una diana terapéutica muy prometedora para contrarrestar el cáncer de mama HER2-positivo.

En el cáncer de mama HER2-positivo se expresa un gen llamado HER2 que favorece una forma agresiva de la enfermedad. El subtipo HER2-positivo, que afecta al 20% de las mujeres que padecen cáncer de mama en Canadá, se asocia a un mal pronóstico.

Lo que amenaza la vida de la mayoría de las pacientes con cáncer es el poder de las células tumorales para diseminarse y, por tanto, hacer metástasis en otros órganos, lo que puede interferir en las funciones vitales del organismo. Cada vez más, la medicina personalizada ha generado muchas esperanzas para los pacientes que expresan el gen HER2, pero las recaídas son frecuentes en muchos de ellos.

La inmunoterapia es una vía importante para tratar a estas pacientes resistentes a los fármacos, pero hasta ahora con pocos beneficios aparentes. Por ello, los investigadores tratan de profundizar en el conocimiento del entorno inmunitario de los tumores y, de este modo, orientar mejor los tratamientos y a las personas con más probabilidades de responder a ellos.

Con esta idea, el equipo de Côté estudió un importante fenómeno de los tumores sólidos denominado hipoxia. La hipoxia se manifiesta por la falta de oxígeno provocada por el rápido crecimiento del tumor, y conduce a la producción de metástasis, al debilitamiento del sistema inmunitario y a la resistencia al tratamiento. En resumen, al hacer que los tumores sean más agresivos y reducir la capacidad del organismo para defenderse, la hipoxia favorece la progresión del cáncer, que puede ser mortal para los afectados.

En un modelo preclínico, el equipo del IRCM identificó una proteína llamada AXL cuya acción es crucial para que se produzca la hipoxia. Al bloquear la acción de esta proteína en el tumor, utilizando varias técnicas novedosas, el equipo observó una recuperación de los vasos sanguíneos y una revitalización del entorno inmunitario del tumor. El bloqueo de la acción del tumor también redujo su capacidad de metástasis en otros órganos.

“Es como si hubiéramos conseguido, por un lado, derribar las paredes protectoras del tumor contra el sistema inmunitario, haciéndolo así más vulnerable a los tratamientos inmunológicos, y, por otro, impedir que el tumor se desplace a otro lugar”, afirma Goyette, primer autor del nuevo estudio.

El potencial de este estudio es tanto más importante cuanto que abre el camino a nuevas investigaciones sobre el tema desde la perspectiva de diversos campos de la investigación biomédica, creen los investigadores. La puesta en común de conocimientos ha demostrado una vez más su utilidad, afirman.

“La medicina personalizada de vanguardia en el ámbito de la inmunología se ha enfrentado a una importante resistencia por parte de este tipo de cáncer y nosotros contábamos con la experiencia en investigación molecular para ayudar a superar estos obstáculos –afirma Côté–. No sólo hemos arrojado luz sobre un mecanismo central del funcionamiento de algunos de los tumores más agresivos, sino que al hacerlo también hemos desvelado una forma de crear un entorno propicio para tratamientos más eficaces”.

infosalus.com

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