Tegucigalpa, Honduras .- Lorena García, una joven campesina, clama por que las autoridades le regresen a su hijo de dos años que fue encontrado semidesnudo y en estado de abandono en México esta semana en una apartada carretera camino a Estados Unidos, hacia donde partió desde Honduras en búsqueda del «sueño americano».
El niño, Wilder, había salido sin documentos junto a su padre Noel Ladino, de 26 años, de una aldea en el occidental departamento de Copán, fronterizo con Guatemala, guiados por un «coyote», para reunirse con familiares que prometieron ayudarles en Virginia, según relató la madre.
Buscaban huir de la pobreza de la comunidad rural hondureña cuya población apenas sobrevive de tareas de agricultura y del corte de café en temporada de cosecha.
«Aquí no se halla trabajo para mantenerse, él se fue porque tenemos otra niña (de 6 años) y aquí hay mucha pobreza, pensando salir adelante», dijo a Reuters García, de 23 años, quien aseguró que la familia vivía de los 100 lempiras (4.16 dólares) que obtenía su esposo en los pocos días que obtenía un trabajo.
Wilder fue encontrado por autoridades mexicanas el lunes solo, semidesnudo y llorando cerca de un vehículo de carga que transportaba en condiciones de hacinamiento a decenas de migrantes en una carretera de Veracruz en el sureste de México.
«Yo quiero que me lo regresen (al niño) porque por eso es que ocurrió todo eso, por ir buscando el sueño americano, pero no se pudo», dijo la mujer a Reuters el viernes en una entrevista telefónica.
García aseguró que decidieron con su esposo que migrara junto al pequeño porque les habían dicho que en Estados Unidos estaban permitiendo ingresar a migrantes con menores de cinco años.
«Intentamos que se llevara al niño porque nos dijeron que iba más seguro con el niño, porque estaban dejando pasar gente con menores de edad pero menores de cinco años. Aquí (en la aldea) mucha gente nos decía», contó la joven madre.
Miles de hondureños migran cada año hacia Estados Unidos huyendo de la pobreza que golpea a casi un 60 por ciento de la población, agravada por la extendida corrupción y por la violencia generada por carteles del narcotráfico y pandillas que generan en promedio 11 muertes diarias, según cifras oficiales.
Hasta junio, Honduras recibió de México 25 mil 155 inmigrantes deportados, de los cuales 2 mil 102 fueron niños, así como otras 2 mil 343 personas desde Estados Unidos, de los que 19 eran menores, según cifras oficiales.
La mujer aseguró que el «coyote» cobraba por trasladar a Estados Unidos a su esposo y a su hijo unos 200 mil lempiras (8 mil 333 dólares), que le pagaría con el trabajo que esperaba lograr una vez que obtuviera en empleo en Estados Unidos con la ayuda de sus familiares.
García dijo que su esposo le había hablado el jueves por teléfono para decirle que «estaba preso en migración», aunque sin precisar el lugar donde se encontraba.
Reuters