Las muertes se acumulan en la periferia de México. El pasado viernes hacia las 00:00 horas, un grupo armado acribilló a 18 hombres, presuntamente del crimen organizado, en Valparaíso, Zacatecas. Los balazos de alto calibre, pero sobre todo el número de muertos, alertó al país que sufre desde hace meses el embate sin tregua del crimen organizado.
El sábado 19 de junio, tres cadáveres habían sido colgados en una zona más céntrica de Fresnillo, Zacatecas. Y ese mismo día, 15 civiles habían sido abatidos a balazos en Reynosa, Tamaulipas. La violencia mantiene cercado a México.
De acuerdo con la organización Causa en Común, en los primeros cinco meses del año se han registrado 239 masacres. El conteo es realizado a través de notas periodísticas en medios nacionales y estatales.
En Zacatecas —que ahora mismo sufre los estragos de la guerra entre cárteles— tiene su sede el cártel más poderoso del país, según la DEA: el Cártel de Sinaloa, liderado por el legendario capo, Ismael el Mayo Zambada. En el estado, la organización criminal mantiene una guerra con otro grande, el Cártel Jalisco Nueva Generación. Esta lucha mantiene sitiados los municipios más pobres, con cuerpos torturados, desmembrados.