Investigadores del centro City of Hope ha identificado cómo las células cancerosas en pacientes con cáncer de mama en etapa inicial cambian y se vuelven resistentes a las terapias hormonales o de combinación.
Aproximadamente el 80 por ciento de los casos de cáncer de mama son receptores de hormonas positivos, lo que significa que estas células cancerosas necesitan estrógeno o progesterona para crecer, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
Actualmente, los médicos tratan a las personas con cáncer de mama con receptor de estrógeno positivo (ER +) mediante una terapia que inhibe tanto los niveles de estrógeno como la actividad del ciclo celular. Si bien estas terapias a menudo reducen inicialmente los tumores, aproximadamente el 90 por ciento de los pacientes metastásicos y el 50% de los pacientes con cáncer de mama en estadio 2 y 3 desarrollan resistencia.
Los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista ‘Nature Cancer’, utilizaron la secuenciación de ARN unicelular para identificar los rasgos resistentes que adquieren las células cancerosas, las cuales pueden persistir a pesar de la terapia. El equipo también identificó cuándo se adquieren estos rasgos resistentes y los encontró tan pronto como dos semanas después del inicio de un régimen de tratamiento, que es meses más rápido que los métodos actuales utilizados para medir la respuesta al tratamiento.
“Si los profesionales sanitarios pueden identificar el desarrollo de la resistencia tumoral antes, entonces pueden cambiar rápidamente de marcha y ofrecer un régimen de tratamiento diferente que eventualmente podría llevar a la paciente con cáncer de mama a la remisión en lugar de continuar por un camino que puede no lograr un resultado positivo”, han dicho los expertos.
Bild y sus colegas estudiaron la evolución del ADN y el ARN en las células tumorales de mama de mujeres posmenopáusicas con cáncer de mama ER + que participaron en el ensayo ‘FELINE’. Estos pacientes fueron tratados con terapia endocrina (letrozol) sola y en combinación con terapia inhibidora de la quinasa dependiente de ciclina (CDK) (ribociclib), un tratamiento que impide el crecimiento de las células tumorales.
Asimismo, los pacientes fueron tratados con terapia dirigida en un entorno neoadyuvante, es decir, antes de la cirugía para extirpar el tumor, para evaluar la respuesta. Se procesaron y analizaron biopsias de más de 40 tumores de pacientes a partir de células tomadas antes, dos semanas después y seis meses después del inicio de los tratamientos endocrinos y combinados.
Los investigadores descubrieron que las células resistentes que persisten incluso después de la terapia de inhibición del ciclo celular y endocrino (CDK4/6) tienden a cambiar su motor de crecimiento del uso de señales de estrógeno al uso de receptores de factores de crecimiento alternativos y a reconectar las vías del ciclo celular.
Por ejemplo, las células resistentes evitan las vías bloqueadas activando vías de señalización alternativas como los receptores de crecimiento y la señalización de MAPK. Este nuevo cableado permite que las células cancerosas sigan creciendo a pesar de los inhibidores de los fármacos del ciclo celular y del estrógeno.
Dirigirse a estas vías de resistencia adquiridas con terapias adecuadas puede ayudar a los médicos en el futuro a tratar a pacientes con cáncer de mama ER + resistente en estadio temprano.
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