La biopsia líquida, que permite detectar la composición molecular de los tumores en fluidos corporales, puede ayudar a determinar cuáles son los impulsores clave del cáncer de mama y a guiar la terapia, especialmente en el entorno metastásico.
Además facilitará la identificación de pacientes con enfermedad en etapa temprana que podrán recaer, según el doctor Milan Radovich, de la Indiana University School of Medicine, en Indianápolis (Estados Unidos), que ha pronunciado la conferencia especial de este encuentro anual virtual RAGMA que se celebra el 17 y 18 de junio.
El análisis de las células tumorales circulantes y del ADN tumoral circulante (ADNct), que es el ADN que se desprende de los tumores al torrente sanguíneo, ofrece información y supone una alternativa para los pacientes en los que una biopsia de tejido tumoral no es segura o factible.
“Creo que podemos imaginarnos fácilmente un día en el que la detección del cáncer se realice con una simple extracción de sangre y esto será muy útil para las personas que tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama”, afirma el doctor Radovich en un comunicado de GEICAM.
Otra de las aplicaciones de la biopsia líquida que se está investigando es la detección de la enfermedad mínima residual, en el contexto de la enfermedad temprana, empleada para ver si el tratamiento del cáncer está funcionando y para guiar los planes de tratamiento futuros.
“Aún no sabemos si una intervención terapéutica precoz en los pacientes en los que se detecte ADNct tras la cirugía y el tratamiento adyuvante puede mejorar los resultados de supervivencia, por lo que habrá que esperar a ensayos clínicos futuros”, señala el experto.
Una de las desventajas que presenta la biopsia líquida es su reducida sensibilidad para detectar mutaciones en comparación con la biopsia de tejido tumoral, por lo que, para este experto, debe considerarse una herramienta complementaria a la tradicional biopsia de tejido.
Por eso, a pesar de las buenas perspectivas, su aplicación clínica aún se está evaluando en la actualidad, según incidió también otro de los ponentes en la cita reunión, el doctor Richard Buus, del The Institute of Cancer Research de Londres.
Las plataformas genómicas
Otras de las herramientas emergentes para establecer el pronóstico de la enfermedad sobre las que se ha debatido durante el encuentro son las plataformas genómicas, con un papel clave en la identificación del riesgo de recaída en personas con tumores con receptores hormonales positivos.
Entre sus principales retos se encuentra lograr la identificación de los pacientes con un riesgo de recaída lo suficientemente bajo tras la cirugía como para ser tratados solo con terapia endocrina y evitar de manera segura el tratamiento con quimioterapia, con las implicaciones que ello tiene sobre su calidad de vida, explica el doctor Richard Buus.
Del análisis de estas plataformas se desprende que a menudo proporcionan resultados discordantes entre ellas para el mismo paciente, lo que ha llevado a investigar los “drivers” (conductores) moleculares de estas pruebas.
“Algunas se rigen sobre todo por señales de proliferación tumoral (la división de las células del tumor), mientras que otras se basan más en la medición de la sensibilidad que el tumor tiene al estímulo de los estrógenos. Estas propiedades explican su rendimiento pronóstico y pueden ayudar a los médicos a interpretar los resultados de la prueba y elegir la terapia más adecuada”, señala este especialista.
Avances en tratamientos
En esta edición de RAGMA, la doctora Isabel Rubio, directora del Área de Patología Mamaria de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, ha destacado como avance terapéutico antes de cirugía (neoadyuvancia) la combinación de quimioterapia con un doble bloqueo del receptor HER2 con dos anticuerpos de terapia diana, trastuzumab y pertuzumab, lo que ha logrado una mayor proporción de respuestas patológicas completas y permite cirugías más conservadoras.
“El objetivo actual de los tratamientos neoadyuvantes no es solo la mejora de la cirugía, sino también buscar una respuesta completa e intentar seleccionar pacientes para los tratamientos antes, durante y después de la cirugía, una medicina personalizada con la vista puesta en ‘desescalar’ tratamientos, es decir, en reducirlos sin que ello afecte a la eficacia”, apunta la doctora.
La investigación de GEICAM
Desde septiembre de 2020 a junio de 2021, GEICAM ha publicado 17 artículos en revistas indexadas sobre estudios en los que ha sido el promotor o en los que ha participado y ha presentado 33 comunicaciones en congresos, según datos presentados por el doctor Miguel Martín, presidente de este grupo de investigación.
Aunque la investigación en cáncer de mama se ha visto resentida con la pandemia, especialmente en los primeros meses de la crisis sanitaria, los ensayos clínicos se han ido retomando y ahora se encuentra prácticamente como antes de la pandemia, recuperando la normalidad investigadora en un 80-90%, según José Enrique Alés, miembro del comité organizador de RAGMA 2021 y oncólogo del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, en Ávila.
efesalud.com