Un equipo de astrónomos de México, Italia, España, Estados Unidos y Canadá elaboraron un mapa único, de gran resolución angular, de la galaxia de Andrómeda, la más cercana a la Vía Láctea.
Cabe destacar que no hay muchas observaciones previas en la frecuencia a la que se ha obtenido este mapa, 6.6 gigahercios, a pesar de que Andrómeda es una de las galaxias mejor estudiadas.
Los grandes interferómetros (instrumento que emplea la interferencia de las ondas de luz para medir con gran precisión longitudes de onda de la luz) en observatorios están optimizados para observar objetos más distantes que Andrómeda, con un tamaño angular mucho menor, y no son adecuados para cubrir el gran tamaño angular (unos 3 grados en el cielo, seis veces el tamaño de la Luna) que comprende esta galaxia.
Una dificultad adicional es que la emisión global (combinación de varios tipos de emisión producidos por diferentes mecanismos físicos) en esta frecuencia es particularmente baja, explicó a EFE Ricardo Génova Santos, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en España, participante de dicho proyecto.
El equipo utilizó 66 horas de observación con el telescopio Sardinia Radio Telescope (del Instituto Nacional de Astrofísica, INAF, de Italia), ubicado en Cerdeña, que tiene una antena de 64 metros de diámetro.
Gracias al mapa obtenido se ha podido identificar y separar regiones individuales en la galaxia de Andrómeda, dominadas por un tipo de emisión conocida como libre-libre, generada en regiones ionizadas donde se forman nuevas estrellas.
Con los datos obtenidos es posible estimar parámetros astrofísicos importantes como el ritmo de formación estelar. Estas observaciones forman parte de un proyecto más ambicioso, que también comprende búsquedas a más alta frecuencia (23 gigahercios). La combinación de observaciones en varias frecuencias es importante para poder separar distintos mecanismos de emisión.
Además de la emisión libre-libre, otros mecanismos de emisión son el sincrotrón y la conocida como “emisión anómala de microondas”, generadas en el medio interestelar de la Vía Láctea, pero también en el medio interestelar de galaxias similares como Andrómeda.
La emisión anómala de microondas ha sido ampliamente observada y estudiada en la Vía Láctea, pero aún no ha sido detectada de manera clara en otras galaxias, de ahí surge el interés de este programa.
Además de contribuir a conocer mejor las condiciones físicas del medio interestelar, el estudio de estos mecanismos de emisión es importante porque contaminan la radiación cósmica de fondo, producida durante el origen del universo (400 mil años después del Big Bang – el universo se calcula que tiene unos 14 mil millones de años).
Observaciones como éstas, o como las que desarrolla el experimento Quijote desde el Observatorio del Teide, en Tenerife, contribuyen a caracterizar mejor estos “contaminantes” galácticos y así poder corregirlos o sustraerse de las observaciones de la radiación de fondo, cuyo estudio es esencial para obtener información sobre los fenómenos físicos que operaron durante el nacimiento del Universo y que han influido en su evolución posterior.
Agencias
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