La pandemia que generó el covid-19 que apareció como una poderosa ola para encerrar al mundo entero, llegó en marzo del 2020. Y la realidad es que duró muchísimo más de lo esperado. De hecho todavía sigue su curso, aunque pareciera ya tener una fecha de caducidad impuesta. Por lo tanto, fabricar dispositivos que ayuden a prevenir su contagio, sigue siendo útil. Es lo que hicieron este grupo de científicos chilenos con un dispositivo que mide la calidad de aire en los espacios cerrados y así detecta el nivel de peligro de contagio de este virus pandémico.
En primer lugar, la iniciativa de este aparato es obra de científicos del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) y del Centro Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA). Además tuvo apoyo de Fablab y Open Beauchef de la Universidad de Chile. Detallan que tras seis meses de investigaciones, pruebas y experimentos, lograron crear un prototipo. El mismo permite evaluar qué tan peligroso es un lugar cerrado ante el riesgo de contagio de coronavirus. Y no solo eso, sino que también implementaron este lector de bajo costo en algunos recintos educacionales de Chile.
La clave de este dispositivo es que mide la presencia de CO2 en el ambiente. Entonces, a partir de este dato fundamental, pueden conocer que tan ventilado pueda estar (o no) un espacio cerrado. Otros aparatos similares en mediciones de este tipo, son capaces de medir ciertos elementos del dióxido de carbono. Pero la realidad es que, además de ser más costosos, dependen de otros factores externos, resueltos por estos científicos chilenos.
Mide en tiempo real
El dispositivo creado por los científicos chilenos mide los niveles de CO2 en tiempo real. Entonces, es correcto pensar que necesita de una red de conexión para funcionar. La diferencia de este aparato es que no depende de conexiones Wi-Fi locales. “Crea su propia red de datos”, dice Ricardo Finger, Doctor en Ingeniería Eléctrica e investigador del CATA de la Universidad de Chile.
“El corazón del dispositivo es un sensor que mide la concentración de CO2, emitiendo luz infrarroja que es absorbida por las moléculas de dióxido de carbono en el aire. Esta medición se despliega en una pantalla, y cuando la concentración supera un umbral de 700 partículas por millón, se activa una señal de alarma”, detalla Francisco Förster, quien también lideró el equipo de investigación del dispositivo.
Esta herramienta que ya se encuentra a prueba en algunas instituciones, sería crucial para el regreso a clases presenciales en los países en donde se encuentran suspendidas. Es decir, un paso gigantesco hacia terminar de salir del encierro. Por supuesto, es aplicable para las oficinas y todo tipo de trabajos presenciales, en lugares cerrados.
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