Los niveles de politización que ha alcanzado el pueblo de México y por supuesto
Veracruz, son dignos de admirarse. Semanas previas a la elección del domingo seis de
junio no se halaba de otra cosa que de este acontecimiento que todos esperábamos
con interés, el tema de la pandemia del Coronavirus como que pasó a segundo plano
porque lo más importante era el proceso electoral.
Quedo comprobado el interés que despertó esta intermedia con la enorme
participación de personas que acudieron a las urnas a depositar su voto, a externar su
voluntad política, sin importar la pandemia ni los elevados niveles de violencia que
habíamos estado viviendo, tanto que Veracruz se convirtió en el estado más violento
en tiempos electorales del país. Pero nada inhibió la presencia de las casillas de los
veracruzanos. Y vale la pena destacar el gran papel que jugó en este asunto el INE que
supo organizar adecuadamente la logística de la ubicación de las casillas, la
capacitación a los miles de paisanos que participaron dentro de los centros de
votación, lo que facilitó a los ciudadanos cumplir con su deber ciudadano de sufragar,
lo que antes no pasaba.
Nuestra democracia se va puliendo, va mejorando desde sus instrumentos, en este
caso el INE, en nuestro caso el OPLE, pasando por la elevada conciencia ciudadana que
se refleja en la voluntad de participar como miembro de una casilla donde pasan el día
completo trabajando para hacer posible una elección limpia, hasta el ciudadano
común que se interesa en pasar lista de presente en las casillas para que su voto
cuente a la hora de entregar el triunfo a quienes fueron, a consideración del pueblo,
los mejores cuadros y los mejores candidatos. ¡Felicidades!.