El ensayo fotográfico no es sólo un género, es un formato de trabajo que define un discurso visual”, aseguró el fotoperiodista y fotógrafo documental.
25/05/2021, Xalapa, Ver.- Para Rafael del Río, reconocido fotoperiodista y fotógrafo documental de talla internacional, la fotografía es la mejor forma para expresar las cosas que le preocupan o emocionan, y considera que el ensayo fotográfico no es sólo un género, sino un formato de trabajo que define un discurso visual que puede ser la estética, crítica social, humor, erotismo, identidad o la memoria personal.
Con más de 20 años de experiencia en medios nacionales y del extranjero, ganador del Premio Nacional de Periodismo Cultural (2000) y del Premio Jalisco de Periodismo (ediciones 1999 y 2001), Del Río fue conferencista en Foto Sur “Semana de la fotografía contemporánea” organizada por alumnos y docentes de la Licenciatura en Fotografía del Taller Libre de Artes de la Universidad Veracruzana (UV) región Veracruz, en donde el viernes 21 de mayo habló sobre “Introducción a fotoensayo”.
Mencionó que un ensayo fotográfico es un relato visual de un tema a profundidad, el cual se ha desarrollado en tiempo prolongado a través de una serie de imágenes presentadas con una narración y coherencia que expresan el punto de vista de su creador; contiene un soporte formal (técnicas) y otro de contenido (uso de códigos culturales y lenguaje visual).
Refirió que para él, descubrir la esencia de su trabajo se basa en el humanismo, profundidad, diálogo y viaje, porque las historias de quienes no tienen más que su alma y su tiempo son transparentes, y lecciones de vida y dignidad, “hechos que se reflejan a través de retratos cotidianos pero impactantes.
”La vida se construye de relatos, siempre despertamos y contamos nuestros sueños, narramos las mejores y peores experiencias, y cada quien decide cuáles son constructivas o destructivas, y desde ese punto de vista se define un discurso en el que una imagen es un texto visual y una fotografía es una representación.”
El fotoensayo, dijo, se nutre de una investigación previa desde distintas disciplinas, según sea el tema a desarrollar, como pueden ser la psicología, historia o sociología, entre otras, y de ahí ir descubriendo y acotando diferentes puntos de vista para el contraste de la investigación con el trabajo de campo, y con ello realizar el estudio del caso para construir la microhistoria.
Apuntó que este formato de ensayo lo han trabajado grandes maestros de la fotografía en distintas épocas, quienes han utilizado este sistema en sus obras de temas sustanciales, en las que se nota que hubo un proceso de investigación, trabajo plástico y conceptos.
En una segunda parte de su exposición, Rafael del Río compartió varias fotografías que forman parte de un trabajo documental que inició en 1996, titulado Al otro lado del silencio, al que sigue incorporando nuevas imágenes en las que se reflejan situaciones que dejan al descubierto la fragilidad humana.
Desarrolló este trabajo en un albergue para indigentes y en un hospital psiquiátrico, aclarando que son fotografías que fueron tomadas no para su publicación, sino como un trabajo documental.
En él muestra técnicas que fue depurando durante su desarrollo, utilizando cámaras de plástico; propició errores técnicos, procesos cruzados y químicos invertidos para reflejar los trastornos mentales.
“El artista descubre cosas que teníamos cerca de nosotros, pero que no habíamos visto”, expresó Rafael del Río, para quien la fotografía es una forma de vida, la que hay que sentir para llegarla a vivir con sensibilidad y capacidad de observación, como elementos indisolubles.