Este sábado se prendieron los focos de alerta en el bunker del candidato a la alcaldía de Xalapa por la alianza PRI-PAN-PRD, David Velasco Chedraui, pues por fin se percataron que aunque el ex aspirante panista Sergio Hernández terminó declinando a la candidatura municipal y ha simulado apoyar su campaña, lo cierto es que el diputado local del partido blanquiazul y sus operadores políticos más cercanos están de brazos caídos, aparentemente dolidos todavía de que el empresario priista haya sido nominado por la coalición opositora.
Ese día, por ejemplo, no se vio a “Checo” Hernández en el desangelado evento al que asistió el ex secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, en apoyo de Velasco Chedraui. Y horas antes, en la caminata por la avenida Araucarias, hubo quienes aseguran que el panista se desapareció luego de una supuesta discusión con Adolfo Mota, candidato a diputado federal de la alianza “Va por México” por el distrito electoral Xalapa-rural.
Sin embargo, pese a ello, todo parece indicar que el ex alcalde priista no se ha desfondado aún en las preferencias electorales como otros contendientes han pretendido hacer creer. Al menos así lo evidenciaron sus recorridos multitudinarios de este domingo.
Y es que este jueves 20, el candidato de Movimiento Ciudadano (MC), Raúl Arias Lovillo, difundió una encuesta que supuestamente lo ubica ya “en segunda posición en preferencia electoral sobre (….) David Velasco Chedraui, dejándolo en el tercer puesto”, consignó el comunicado que el equipo de prensa del ex rector de la Universidad Veracruzana (UV) hizo circular.
Según el sondeo atribuido a la encuestadora Consultoría Enfoque Veracruz, con registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE), Arias Lovillo habría ascendido al 33 por ciento en la intención del voto xalapeño, mientras que Velasco tendría el 29.7% y Ricardo Ahued, de Morena, iría a la cabeza con el 37.3% de las preferencias electorales.
En el bunker del priista desestimaron el sondeo, considerándolo una estrategia del candidato del partido naranja que pretendería generar la percepción de que se habría posicionado en el segundo lugar para atraer el llamado “voto útil”, al que estaría apostando también David Velasco para remontar las tendencias y ganar la elección.
Pero en las encuestas que se presume habrían difundido en las redes sociales los equipos de Ahued y de Velasco Chedraui –en las que cada quien le saca una ventaja aparentemente amplia al otro–, el ex rector de la UV figura coincidentemente en un lejano tercer lugar con el 5 por ciento de las preferencias electorales.
En dos semanas sabremos cuál fue la encuesta más atinada. Por ahora, la percepción general es que la contienda seguiría polarizada entre Ahued y David, a pesar del esfuerzo del doctor Arias y del decoroso desempeño de otros candidatos que buscan que sus partidos logren al menos el 3% de la votación total para asegurar su registro oficial, como Cinthya Lobato, de Unidad Ciudadana; José Alberto “El Chocolate” Pérez Fuentes, del PES; Itzel Jurado Ortiz, de Redes Sociales Progresistas, y, entre otros, Uriel Flores Aguayo, ex diputado local y federal postulado por ¡Podemos!.
PRESIÓN YUNISTA
Según estimaciones de operadores políticos que saben de estos menesteres de movilizaciones y campañas negras, la familia Yunes Márquez llevaría gastados alrededor de 30 millones de pesos en armar todo un tinglado que sirviera como escenario de victimización para el hijo mayor de Miguel Ángel Yunes Linares.
Tan sólo para el acarreo de este domingo en el puerto de Veracruz, calculan que el llamado Clan de El Estero habría destinado diez millones de pesos, entre contratación de camiones para trasladar a la gente, los miles de paquetes de Frutsis y tortas para saciar el apetito de los “convencidos” participantes de la marcha, además de la costosa contratación de espacios en medios de comunicación de circulación nacional y hasta extranjeros.
La estrategia consiste en mostrar un músculo que les permita presionar mediáticamente a las autoridades del Tribunal Federal Electoral para reponerle la candidatura a la alcaldía porteña a Miguel Ángel Yunes Márquez.
Pero lo más importante es fortalecer el papel de “víctima” que muy convenientemente escogió el panista, quien de esta forma busca pasarse por la entrepierna las leyes electorales para saciar su apetito de poder.
Miguelito Yunes –y toda su familia– sabe muy bien que es un delincuente electoral que con engaños busca sentarse en la silla que está por desocupar su hermano Fernando.
¿Acaso alguien cree de veras que lo único que lo mueve es querer ayudar a los ciudadanos tal como promete en sus discursos incendiarios?
Si su hermano Fernando, cuyo inicio de su administración municipal coincidió con el último año de la gestión de su padre como gobernador del estado, no hizo nada por sacar del rezago social y económico a los porteños, menos lo hará ahora él por su confrontación con los titulares de los Poderes Ejecutivos del Estado y de la Federación.
El objetivo real del caprichoso primogénito de Yunes Linares es usar el cargo municipal para, como chapulín rojiazul, intentar por segunda vez alcanzar la gubernatura en el 2024, sin importar que otros panistas de abolengo tengan mejor trayectoria y más méritos que él.
Y, para ello, la acaudalada familia panista de El Estero –cuyos orígenes de su inmenso patrimonio está bajo sospecha– habrá de gastarse los millones de pesos que se requieran. Primero para comprar la alcaldía porteña y luego para reconquistar el Palacio de Gobierno de Xalapa que el jefe del clan sólo pudo disfrutar un par de años.
Sin embargo, en la fallida campaña de 2018 por la gubernatura, este tipo de despilfarro en acarreos de nada les sirvió, pues terminaron perdiendo la elección con más de 200 mil votos de diferencia.
A ver ahora hasta dónde los dejan llegar.