En su delirio de persecución, Miguel Ángel Yunes Márquez se atrevió a afirmar que el gobierno del estado presionó a los “magistrados corruptos” del Tribunal Electoral de Veracruz para “frenar mi candidatura a como dé lugar” porque “nos tienen mucho miedo, no les conviene que ganemos”.

¿Es en serio? En el remoto caso de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolviera reponerle su candidatura a la alcaldía porteña y ganara las elecciones del 6 de junio próximo, ¿qué podría hacer él como presidente municipal que pudiera aterrorizar al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, uno de los mandatarios estatales consentidos del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien en la campaña electoral de 2018 Yunes Márquez llamó “viejo guango” mientras que su padre Miguel Ángel Yunes Linares, que aún despachaba en Palacio de Gobierno, tildó públicamente de cobarde, corrupto y mentiroso?

Más bien, el desplante del aspirante panista a la alcaldía de Veracruz parece evidenciar el miedo que existiría en la familia Yunes ante el inminente revés en las urnas. ¿O acaso saldría inmune su hermano Fernando, actual presidente municipal, de la auditoría que seguramente le practicaría Ricardo Exsome, el candidato de la alianza Morena-PT-PVEM que va punteando en las encuestas?

Aregional, una agencia consultora especialista en análisis económico y de finanzas públicas, acaba de revelar que el Puerto de Veracruz es uno de los 39 grandes municipios del país que se encuentran en vulnerabilidad financiera, lo que arriesga el cumplimiento de sus obligaciones.
De acuerdo con dicha agencia, el gobierno porteño tiene una baja recaudación de impuestos, elevada carga administrativa, baja inversión pública y altos niveles de deuda.
“La vulnerabilidad financiera es un foco rojo para el cumplimiento de las metas y
objetivos de los municipios, lo que limita la atención de las demandas sociales. Hay riesgo de cumplimiento y de calidad en la provisión de servicios. Podemos hablar de policías no adecuados, alumbrado ineficiente, calles que no funcionan”, explicó Cinthya Rocha, directora de Finanzas Públicas de Aregional.

Ante este diagnóstico, ¿convendría a los porteños tener de presidente municipal a Miguel Ángel Yunes Márquez, cuya rijosidad y soberbia le complicará entenderse con los gobiernos del estado y federal para la gestión de recursos extraordinarios?

Y es que en sus dos periodos municipales como alcalde de Boca del Río, 2007-2010 y 2014-2017, en los que cohabitó políticamente con los gobernadores priistas Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, recibió muy buen trato de la Federación precisamente por las influencias de su padre, quien fue primero director general del ISSSTE y después diputado federal, y la de su hermano Fernando desde el Senado de la República (2012-2017).

Pero ahora el Presidente es el “viejo guango” López Obrador que, cosas del destino, en marzo de 2000 fue impugnado también como candidato del PRD a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, pues según sus adversarios del PRI y del PAN era inelegible porque incumplía con el requisito de residencia mínima de cinco años en el DF. El entonces abanderado perredista declaró que la controversia en su contra venía “desde muy arriba” y que algunos de los consejeros electorales que se oponían a su candidatura actuaban por petición de la Secretaría de Gobernación, afirmando que “nos quieren ganar a la mala, pero no voy a permitir que se violen mis derechos ciudadanos”.

Al mes siguiente, el 12 de abril de ese año, el Instituto Electoral del Distrito Federal decidió validar su candidatura.

¿Será que también ocurra lo mismo con Yunes Márquez? Ya veremos.

Por lo mientras el panista ha dicho que “afortunadamente el Tribunal Electoral veracruzano no tiene la última palabra, es sólo al primera instancia”, y que “vamos a acudir a la justicia federal a defender el derecho de todos de elegir a la persona que mejor les parezca”.

Y tan seguro está que afirma que su candidatura sólo ha sido suspendida temporalmente, por lo que de momento, para cumplir con lo ordenado por el Tribunal Electoral de Veracruz, propondrá a la dirigencia de su partido registrar como candidato sustituto a un incondicional, que al parecer sería el ex regidor porteño José “Pepe” Medina.