Brenda García, estudiante de la Facultad de Medicina, planteó que la atención de la salud durante el embarazo, parto y puerperio debe centrarse en la mujer.
17/05/2021, Xalapa, Ver.- Brenda García Pérez, estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (UV), planteó que la atención de la salud durante el embarazo, parto y puerperio debe estar centrada en la mujer, como lo marcan los conocimientos y saberes tradicionales.
La universitaria impartió la conferencia “Partería: a propósito de la película Fragmentos de una mujer”, la tarde del martes 11 de mayo a través de la plataforma digital Cisco Webex, como parte de las actividades del programa “Tardes de Ciencia” impulsado por la Dirección General de Investigaciones (DGI) de esta casa de estudios.
Explicó que el acompañamiento de mujeres a otras mujeres durante el trabajo de parto se dio desde que la humanidad se volvió sedentaria; posteriormente, empezaron a experimentar con hierbas y prácticas para la sanación. Al inicio la labor de parto fue de pie, sentada o en cuclillas.
¿En qué momento el varón empezó a tener presencia en el parto? ¿Por qué se decidió que el parto debería ser en posición horizontal? Brenda García dijo que fue en el siglo XVI cuando se les permitió a los cirujanos asistir en los partos, sólo cuando la madre o el bebé habían muerto.
Un siglo más tarde, en París se permitió que los varones asistieran a los partos normales, y fue el cirujano Jacques Guillemeau quien sugirió que las mujeres deberían acostarse para dar a luz; sin embargo, el obstetra François Mauriceau popularizó esta técnica entre las mujeres de la alta sociedad de Francia.
“El hecho de que las mujeres tuvieran el parto acostadas se consideró una situación de estatus social; es decir, las mujeres que tenían la posibilidad económica de pagar un médico eran quienes podían estar recostadas, mientras que el resto seguían atendiéndose con las parteras.
”No debe olvidarse que la sugerencia de realizar el trabajo de parto en posición horizontal no fue pensada en ellas sino en los médicos que las atendían.”
Con la llegada de los colonizadores españoles a tierras mexicanas, los médicos invalidaron las prácticas y los saberes de los pueblos originarios relacionados con el parto; sin embargo, la partería y sus practicantes han subsistido debido a la insuficiencia y poca cobertura de los servicios de salud en el país, especialmente en las comunidades de difícil acceso.
Para el siglo XIX, indicó, se decidió capacitar a las parteras al ser consideradas las causantes de la muerte materno-infantil en el país, cuando se trata de un problema multifactorial que inicia desde el momento de la concepción y abarca hasta después del primer año de vida del bebé.
“Las parteras son una pieza clave en la salud de la mujer, tanto en zonas rurales como en urbanas; actualmente se les permite estar y ofrecer atención en aquellos lugares donde no hay hospitales y atención médica, aunque sigue pendiente que las mujeres de las zonas urbanas tengan acceso libre a un parto en casa.”
Cabe destacar que en la película Fragmentos de una mujer se observa el trabajo de parto en casa de la protagonista y posterior alumbramiento, acompañada por una partera.