El escenario está oscuro y se ve en el suelo un montón de ropa de bebé, anunciado tal vez la ardua carga que se viene. Entra la protagonista de esta historia y exclama la frase “ya valió madres”, dando inicio al largo trayecto de la maternidad. Así es como inicia “La peor mamá del mundo”.

La peor mamá del mundo es un unipersonal de danza-teatro creado por Anhelim Gómez Díaz y dirigido Patricia Estrada. Esta puesta en escena tiene la intención de invitar a reír y reflexionar sobre la manera en que la sociedad idealiza la maternidad, sin plantearse todo lo que ésta implica en realidad.

La obra fue presentada el jueves 13 de mayo en el Teatro del Estado durante el programa “Nuestros artistas PECDA 2.0”, del Instituto Veracruzano de la Cultura. AvcNoticias habló con la actriz principal de esta tragicomedia para conocer por qué es necesario hacer una crítica hacia cómo nos han presentado la maternidad.

Quitarle el envoltorio a la maternidad: origen del proyecto

Anhelim Gómez nos comparte que esta obra es resultado de más de un año de trabajo, motivado por su propia experiencia con la maternidad, pero conforme se avanzó en el proyecto se extendió a otras maternidades, pues para el equipo era necesario “abordar varios campos sociales de lo que significa ser mamá en tiempos actuales, las cosas a las que nos vamos enfrentando, cambios corporales, familiares, etc.”.

Gómez también comenta que aunque hicieron una gran parte de trabajo experimentando con las danza y el teatro, disciplinas en que se fundamenta esta obra, para ella y su equipo una parte muy importante fue documentarse con toda la información posible que podría aclarar un poco la gran pregunta de ¿qué es ser madre?

Todo ese trabajo se observa en la puesta en escena, pues es una obra llena de empatía y comprensión. Si bien en la obra sólo se observa al personaje encarnado por Gómez, en el fondo representa las realidades a las que se enfrentan muchas mujeres cuando son mamás y que muchas veces está alejada de la imagen romantizada que se tiene de la maternidad. Esta obra demuestra que la maternidad también es cansancio, soledad, frustración o como menciona la protagonista, “es una vorágine de sentimientos contradictorios”.

Al respecto, comenta Gómez que esta obra busca “quitarle el envoltorio a la maternidad, porque es un proceso muy bello, pero también lleno de algunas situaciones nada agradables… es muy importante quitar el velo a la maternidad idealizada, por las propias mujeres, por la familia, por la sociedad y volverlo algo más real, más cruel de cierta manera, pero real tangible”.

Esta obra expone ante el público la gran cantidad de prejuicios que hay sobre la maternidad, así como la injerencia de la opinión de terceros en ella, y que generan mayor inseguridad en las madres. En una parte de la puesta en escena, la protagonista es bombardeada por innumerables comentarios, que van desde su aspecto físico, su labor como madre, consejos no pedidos sobre cómo cuidar al bebé, entre otros. Al final de esta escena, la mujer exclama feliz “nadie te preguntó”, situación que pone de manifiesto la gran presión de las mujeres al convertirse en mamás.

Esta escena, además, explica un poco el tono general de la obra, el cual es un balance entre la comedia y el drama (un poco como la misma maternidad). Sobre la elección de tocar el tema desde el humor, Gómez comenta:

“Nosotros también creímos que a partir de la risa nos volvemos más vulnerables, más empáticos, más abiertos, más receptivos. Estamos accediendo a una parte de nosotros un poco más real, para mí es muy importante hacer esto ameno, divertido para que la gente genere esa empatía conmigo, con las mamás y con todo este mensaje que está envuelto en esta obra llegue de una manera más eficiente”.

Teatro en tiempos de la nueva normalidad

La peor mamá del mundo, es uno de los dos proyectos escénicos seleccionados por el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) XXIII, Veracruz. Gómez comenta que este apoyo fue fundamental para poder sortear los primeros meses de la pandemia con su labor escénica, sin embargo también comenta la difícil situación a la que se enfrentaron estas disciplinas por el confinamiento.

“Toda la primera parte del proceso fue de manera virtual y después nos pudimos mover y hacer los laboratorios (de exploración teatral) de manera presencial. Este tipo de apoyo es muy importante, porque el apoyo a las artes escénicas, especialmente de la danza y el teatro, de por sí siempre ha sido un tema, del campo laboral, las oportunidades de trabajo. Entonces ahora con la pandemia se redujo aún más, nos enfrentamos a un montón de complicaciones, quedarnos sin espacios, sin trabajo”.

La reapertura de los recintos culturales es una situación que todavía se siente novedosa en el ambiente xalapeño. En el caso del Teatro del Estado, para ingresar es necesario pasar un fuerte control de seguridad, que incluye a por lo menos 8 personas desde la entrada hasta el lugar de los espectadores, camino que además está lleno de gel antibacterial y recordatorios de usar cubrebocas y respetar la sana distancia.

No estoy loca, no estoy sola: recepción del público

Anhelim Gómez comenta que previa a esta función tuvieron una breve temporada en Área 51 Foro teatral y recibió comentarios diversos del público que exponen que el mensaje de comprensión para las maternidades fue bien recibido:

“He recibido muchos mensajes de mamás y no mamás, de agradecimiento por el mensaje, por la empatía, y bueno especialmente para las mamás que son muy focos. Fue muy conmovedor, mucho llanto, mucha risa, mucha reflexión, es precisamente esta idea que me decían muchas mamás “no estoy sola”, “no estoy loca”, muchas mamás han pasado por esto, está bien sentirse así, ser mamá de otra manera. Al final, esto permite volvernos más bien una red de apoyo para las madres.”

Estos comentarios fueron confirmados por algunos de los asistentes, a quienes preguntamos su opinión de la obra y esto dijeron.

“Es un tema muy poco hablado en el ámbito teatral, creo que es muy lindo que lo hayan intentando abordar, justamente cuando la sociedad está revalorizando mucho lo que es ser madre… nosotros no tenemos porque juzgar ni las maternidades, ni las paternidades de otras personas, también cómo los crían sus padres, son bajo sus circunstancias”, Alitzel Rodríguez.

“Algo que se me hace muy curioso son estos prejuicios que siempre hay, seas mala madre, seas buena madre, siempre que seas madre habrá prejuicios, si siendo mujer hay tantos, tantas opiniones, hagas lo que hagas. Ahora como con esta responsabilidad de siendo madre, todavía más”, Alex Rebolledo.

“Es divertida, siento que estuvo padre que lo viera desde la comedia para hablar de un tema que la verdad es serio. Yo nunca he sido mamá, pero me pongo en los pies de mi mamá y pienso “sí, debe ser difícil, estar en ese lado, en que te bombardean de cosas”, como cuando estás embarazada, que tienes que ser esto, y que tu hijo, y que tu panza. Me gustó la perspectiva de la chica, que no le importa que le digan. Cada quien va a vivir su maternidad de la forma que ella quiera”, Andrea Lira.

“Para mí se trató acerca de mi mamá, creo que esa es la maternidad que a los hombres nos toca vivir y me llevó por todos lados, o sea un montón de cosas que nunca había considerado, de lo que a mi mamá le tocó vivir de alguna forma, y también considerar muchas otras cosas que digo, orale, la situación que aquí se muestra no fue necesariamente la de mi mamá, pero me hace pensar también en mi papá. Me tocó llorar, cagarme de risa”, Daniel ceballos

Al final, como lo expresa la protagonista de esta obra, “una siempre será la peor mamá o la mejor mamá a los ojos de los demás” y deja abierta la invitación a ampliar el panorama de la experiencia de las maternidades, a la vez que invita a los que no son madres a ser más incluyentes y empáticos con estas mujeres que dedican su vida a otro ser, a pesar de que no siempre sean tan hermoso como lo pintan.

AVC

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