A punto de terminar la primera semana de campañas electorales locales, los ánimos empezaron a caldearse principalmente entre los aspirantes a las alcaldías.
En el puerto de Veracruz, por ejemplo, como en la mayoría de los otros 211 municipios del estado, la contienda se ha polarizado entre Ricardo Exsome Zapata, de la alianza Morena-PT-PVEM, y Miguel Ángel Yunes Márquez, de la coalición PAN-PRI-PRD.
Exsome, diputado federal con licencia, cuenta con una trayectoria política incipiente pero limpia, sin mayores problemas para desarrollar una campaña exitosa y con un resultado positivo para su proyecto.
Aunado a ello, el empresario constructor lleva como marca política a Morena, partido que a pesar del inevitable desgaste del ejercicio del poder en los ámbitos federal y estatal, sus niveles de aceptación entre las clases populares no han decaído tan ostensiblemente como ha ocurrido en otros municipios con gobernantes de extracción morenista, como son los casos de Xalapa, Minatitlán, Poza Rica y Coatzacoalcos.
Además Exsome, a diferencia de otros candidatos municipales de la coalición Morena-PT-PVEM, tiene como plus el capital político de los abanderados a las diputaciones federal y locales: Rosa María Hernández Espejo, que como subdelegada de la Secretaría de Bienestar tuvo a su cargo la operación de los programas sociales; Diana Santiago Huesca, quien como delegada de la Secretaría de Educación de Veracruz hizo un excelente trabajo con padres de familia y maestros, y Fernando Arteaga Aponte, exdirector del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado, quien además ya fue candidato en 2018 y asegura haber sido derrotado de última hora por la compra masiva de votos por parte del PAN, ilícito que ahora difícilmente se permitirá.
En cambio, a Miguel Ángel Yunes Márquez no sólo le están pesando los negativos de la cuestionada administración municipal de su hermano Fernando sino también la división que generó entre los panistas porteños por la forma porril y tramposa con que su grupo le arrebató la candidatura a la alcaldía al diputado local Bingen Rementería Molina, cuyos simpatizantes han comenzado a acercarse al abanderado de Morena dolidos porque el soberbio ex candidato a gobernador ni siquiera intentó hacer la clásica “operación cicatriz” y tampoco les abrió espacios de participación política, los cuales otorgó nuevamente a sus amigos e incondicionales.
Además, en contraste con otros candidatos comunes de la coalición PAN-PRI-PRD –como sería el caso del empresario priista David Velasco Chedraui, quien ha sido bien aceptado por la militancia blanquiazul del municipio de Xalapa no obstante la resistencia del diputado local de Acción Nacional, Sergio Hernández, que igualmente aspiraba a la candidatura municipal–, en el puerto de Veracruz Yunes Márquez, aparte del distanciamiento de los simpatizantes de Rementería Molina, también está resintiendo la frialdad de algunos grupos del PRI que en 2018 decidieron apoyar al candidato de Morena, Cuitláhuac García, para evitar que su padre Miguel Ángel Yunes Linares le heredara el poder.
Por cierto, hace tres años, Yunes Márquez se le atravesó a Julen Rementería del Puerto, pero finalmente el papá de Bingen ganó la senaduría y Chiki-Yunes perdió la gubernatura. ¿Se repetirá la misma historia el 6 de junio próximo?
Yunes vs. Yunes
Este domingo trascendió que el partido Fuerza por México, cuya dirigencia estatal le encomendó su fundador Pedro Haces Barba a Eduardo Vega Yunes, primo hermano de Miguel Ángel Yunes Márquez, acaba de impugnar ante el Tribunal Electoral de Veracruz la validez de la candidatura del abanderado del PAN-PRI-PRD a la alcaldía porteña, a quien señalan de incumplir con el requisito legal de tres años de residencia mínima en el municipio que aspira a gobernar.
Bien reza el sabio dicho popular que “para que la cuña apriete debe ser del mismo palo”.
El “Tato” Vega, quien actualmente anda en campaña como candidato de Fuerza por México a diputado por el octavo distrito electoral federal (Xalapa Rural), parecería estarle cobrando una antigua factura política a su tío Miguel Ángel Yunes Linares, a quien se le atribuye haber negociado este mismo cargo de elección popular en la sucesión presidencial de 2012, “sacrificando” a su sobrino Vega Yunes ya que ni siquiera pudo impugnar el resultado de la elección ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, lo que terminó favoreciendo al abanderado priista Alejandro Montano Guzmán, el cual contaba con el padrinazgo de Miguel Ángel Osorio Chong, el amigo de Yunes Linares que ya se perfilaba para la Secretaría de Gobernación con el presidente electo Enrique Peña Nieto, desde donde ayudaría al panista en la sucesión gubernamental de 2016 en Veracruz.