¿Podría pasar algo peor que en medio de una campaña electoral se registre una tragedia como el derrumbe de una parte de la Línea 12 del Metro en la ciudad de México, misma que ha costado la vida al menos a 25 personas? ¿Que se trate de una obra en la que están involucrados el actual canciller Marcelo Ebrard, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum por omisiones graves, corrupción y negligencia criminal?

En realidad, sí. Lo peor para el Presidente y Morena no serían las personas fallecidas en Tláhuac -en sus matemáticas electorales, cada día mueren casi 100 personas por inseguridad y el tema no existe para el gobierno-, sino que también le han quitado la agenda electoral a López Obrador y lo han replegado para que sea el gobierno de la Ciudad de México quien asuma el altísimo costo político.

Su respuesta fue el silencio. Desde anoche, el discurso y feroz activismo electoral del mandatario también quedaron sepultados bajo toneladas de cemento y vagones que siempre fueron una trampa mortal. ¿Acaso pedirá otra vez que nos olvidemos del accidente y nos enfoquemos en lo para él es lo importante: las elecciones, como hizo con la rifa del avión y la pandemia? Queda poco tiempo para eso.

Además, corren el riesgo mayor de perder la base electoral de la ciudad de México, lo que ha sido su bastión en las últimas dos décadas y que habilitó su camino al palacio nacional. Aun cuando el Presidente acuse a sus adversarios de lucrar políticamente con la tragedia, lo cierto es que los responsables son sus personajes más cercanos, dos de ellos presidenciales y el presidente nacional de su partido Morena.

La única buena noticia es que, si los capitalinos -y millones de mexicanos testigos del accidente- perdonan el encubrimiento de López Obrador y al puñado de morenistas que se disputan el reparto de culpas, entonces efectivamente podrán hacer del país lo que le venga en gana. Pero no será así. El Presidente y su proyecto están heridos, por eso se ha refugiado para curar esta herida profunda.

La línea 12 del Metro, su origen, sus fallas estructurales, sus desfalcos, el sobrecosto, las advertencias de un accidente, la investigación y hasta las historias personales de quienes fallecieron este lunes por la noche, se mantendrán en el interés mediático hasta la jornada electoral. Las amenazas al INE, el nepotismo ilegal de Félix Salgado, entre otros temas, también han quedado bajo los escombros.

Marcelo Ebrard sabe que su aspiración presidencial está en riesgo. Por las redes y sitios de noticias corren frenéticamente videos sobre su visita en la Cámara de Diputados para tratar de explicar con poca fortuna todos los problemas ocasionados en la línea 12 del Metro, cuya operación debió suspenderse por seis meses antes de cumplir sus primeros dos años.

Todas las observaciones fueron ignoradas, privilegiando un esquema de costos, contratos de adjudicación directa y hasta renta de trenes inservibles a un sobre precio. Con Miguel Ángel Mancera como nuevo jefe de Gobierno, Ebrard pactó un autoexilio en Francia.

Por su parte, Mario Delgado optó por el fuero y se convirtió en Senador de la República y luego diputado federal, presidente de la Junta de Coordinación Política. Delgado había sido secretario de Finanzas en el gobierno de Marcelo Ebrard (2006-2012) y encargado del mega fraude que presupuestó 17 mil millones de pesos para la línea 12 y terminó costando a los capitalinos 47 mil millones de pesos.

El fuego amenaza con abrazar a Morena y a su dirigente nacional. Mientras, la pregunta que todos nos hacíamos ayer es: ¿dónde está el Presidente López Obrador?

Don Ricardo Ahued, ¿un león rasurado?

Si algo se reconoce a don Ricardo Ahued, hoy candidato a la alcaldía de Xalapa por Morena, es que no tiene filtros. Dice las cosas como las piensa y defiende su criterio incluso por encima de intereses políticos y de partido.

Por eso extraño sobremanera la defensa que hizo a la vergonzosa administración de Hipólito Rodríguez, de la misma que él fue un crítico constante. En su primer día de campaña, dijo que «se hicieron grandes esfuerzos en esta administración; sin embargo, yo asumiré los retos que en este relevo de Gobierno tendremos que asumir” y no quiso opinar si se quedó a deber a los xalapeños. En realidad, su respuesta ya la conocemos.

¿Acaso sabe que Hipólito es un lastre que no lo ayudará a ganar, pero sería muy competente para hacerlo perder? Hoy don Ricardo se presenta ante los electores como un león rasurado.

La del estribo…

1. Tal y como se esperaba, la refinería Dos Bocas tardará más y será más cara. Hoy la obra podría costar 70 mil millones de pesos más que hace un año. ¿Podría ser peor?

2. Florencia Serranía, directora del Metro de la Cdmx, dijo hace un año que no nombraría a un Subdirector de Mantenimiento para que no se estuviera quejando. “Ni modo que me queje conmigo misma”, justificó. Ayer, un día después del accidente, Claudia Sheinbaum la confirmó en el cargo.