La familia de Toñito, de cinco años, se contagió de covid-19 en febrero pasado, pocos días después de los primeros síntomas les informaron que el menor de edad también había dado positivo y el miedo los invadió a causa de una cardiopatía que podía agravar su condición.

La maestra Mercedes Sánchez relata la “tormenta” que los hizo vivir el nuevo coronavirus a ella y su esposo, con dos menores edad en casa, uno de ellos con covid, y con el temor de que fueran separados si el pronostico de salud empeoraba.

En México las estadísticas de covid-19 en menores de edad reportan 50 mil 356 casos confirmados y 546 defunciones; en Veracruz la cifra difiere entre las aportadas por la Secretaría de Salud y las del Sistema Nacional de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes (SIPINNA), pues mientras Salud señala que hay 506 casos, SIPINNA señala que desde el inicio de la pandemia 658 menores de edad de entre cero a 17 años han enfermado de covid. Tampoco en las defunciones hay datos exactos, pues mientras Salud señala que hay 17 casos, SIPINNA advierte 21, la mayoría de decesos ocurrió en el rango de entre los cero a los cinco años de edad, con 14 casos.

Por eso para la familia de Mercedes saber que Toñito contrajo covid fue motivo de culpa, por no saber en qué momento pudieron adquirir la enfermedad en Xalapa; el miedo fue aumentando con la fiebre de 38.5 grados, el dolor de cabeza y una oxigenación que alarmó a sus padres, ya que era de apenas 88 por ciento.

“Es una noticia que te pega porque no sabemos cómo va a reaccionar tu pequeño, nosotros nos preocupamos porque tiene una cardiopatía, un soplo y el susto era mayor; al principio estábamos muy bien porque no nos atacó tan agresivamente, pero después que se le hizo la prueba a mi pequeño empezó con temperatura y dolor de cabeza; nos espantamos por el problema que tiene. Era ese sentimiento de culpa y mortificación de no saber qué hacer o a dónde correr porque en cuestión de contagios de niños muy poco se ha dado la información, si hay una área covid pediátrica o algo así y eso fue algo muy angustiante”, revela.

Los primeros dos días a partir del inicio de los síntomas de Toñito fueron un calvario para sus padres, que además velaban porque Esmeralda, su niña de 9 años, no se contagiara. Mientras esto pasaba el oxímetro marcaba que el menor tenía una baja oxigenación, que ahora atribuyen a que tal vez estaba descompuesto, y se hizo presente una taquicardia.

“Sentía su corazón muy acelerado, la temperatura le estaba ocasionando algo como una taquicardia; lo que nos ocasionó más angustia fue que al checarle la oxigenación tenía 90 por ciento, llegó a 88, y como madre yo quería salir corriendo, fue un momento muy crítico para la familia; le hablamos a un cardiólogo y él nos atendió por videollamada y nos pidió comprar otro oxímetro porque la oxigenación no era buena, sólo le di paracetamol y se le comenzó a bajar la temperatura. Platiqué con el cardiólogo para saber qué hacer en caso de que le subiera más la temperatura o bajara su oxigenación y me dijo que inmeditamente se tendría que llevar al área de covid pediátrica, fue ahí que me enteré que había estas áreas para niños”, contó su madre.

Decesos de menores son mayores en casos con otras enfermedades

De acuerdo con datos de SIPINNA, en Veracruz de los 658 casos de covid-19 en menores de 17 años, 328 corresponden a hombres y 330 a mujeres; además, 10 mujeres y 11 hombres murieron por complicaciones de este mal; el desglose muestra que 14 de las muertes ocurrieron en menores de edad con enfermedades con neumonías, asma, enfermedades inmunosupresivas, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), obesidad, cardiopatías e incluso hipertensión.

Y a pesar de que las autoridades han señalado que la enfermedad es benévola con los niños y que estos son portadores pero difícilmente desarrollan una enfermedad grave, el reporte de SIPINNA señala que incluso niños menores de un año han muerto y si bien hay casos de enfermedades preexistentes en algunos, en otros se trató de muertes en niños y adolescentes sanos. Estos decesos han ocurrido en Xico, Córdoba, Martínez De la Torre, Veracruz, Coatzacoalcos, Ayahualulco, Tierra Blanca, Tantoyuca, Medellín, Tuxpan, Gutiérrez Zamora, Ixhuatlancillo, Ixtaczoquitlán, Huatusco y Álamo; sin embargo, la tabla covid-19 de la Secretaría de Salud discrepa en cuanto a número de muertes, ya que sólo contabiliza 17 en menores de entre cero a 14 años.

En esta estadística, Veracruz ha reportado 161 casos en niños de cero a cuatro años, en 85 casos se requirió la hospitalización del menor de edad y 76 fueron considerados casos ambulatorios. Sobre las defunciones en este rango de edad (0-4 años) Salud refiere que en Veracruz han ocurrido 17 decesos por covid, ocho en hombres y nueve en mujeres; entre 5 a 9 años de edad han ocurrido 115 casos confirmados, de los cuales 57 son hombres y 58 mujeres, 89 fueron casos ambulatorios y 26 hospitalizaciones. En este rango de edad se reporta la defunción de una menor de edad que previo a su fallecimiento requirió ser hospitalizada.

El mayor número de casos confirmados se ubican en el rango de edad de entre 10 a 14 años, con 230 pacientes, 118 de estos en hombres y 112 en mujeres; sin embargo, a pesar de ser el rango con más casos, la mayoría (197) se reportaron como ambulatorios y solo 33 hospitalizaciones. En defunciones se reportan dos, ambas de mujeres que fueron hospitalizadas.

Las secuelas de la familia Sánchez

Mercedes cuenta que después de las primeras 48 horas de haber dado positivo a covid-19, Toñito comenzó a sentirse mejor, su temperatura corporal descendió y a pesar de su cardiopatía su sistema inmune logró vencer la enfermad; a dos meses de haber pasado por este momento la familia da gracias porque no fue necesaria su hospitalización y Toñito hoy se prepara para un cateterismo que es necesario para mejorar su condición de soplo.

No obstante, en el caso Mercedes ha tenido que vivir con secuelas de la enfermedad que le causó bronquitis infecciosa y requirió nebulizaciones cada tres horas por 12 días; aún así hoy enfrenta constantes dolores de cabeza.

“Al octavo día comencé con una tos intensa y a los 15 días tuve un dolor en la espalda y en el pecho, sentía un dolor muy fuerte y la tos constante, un día quise bajar a preparar de desayunar pero ya no pude porque me dio un ataque de tos que me ahogaba; me tomaron Rayos X y me diagnosticaron bronquitis infecciosa, siendo sincera no corrí al hospital por temor, no lo reportamos por el temor de que nos dijeran que teníamos que quedarnos; vimos la manera de buscar un neumólogo”, revela.

Para ella es de reconocer el trabajo de médicos privados que atendieron a su familia a pesar del riesgo que corrían porque estaban conscientes de que eran pacientes con covid-19, por ello dice que es urgente que también este sector sea vacunado, tal como ocurre en el sistema de salud público.

“Yo quiero reconocer el trabajo de los médicos privados porque en mi caso primero me atendió un médico general que se arriesgó a atenderme, y luego el neumólogo ni se diga, tenía mucho paciente y todos iban por el mismo problema. Estuve entre 10 y 12 días nebulizándome cada tres horas por la bronquitis infecciosa y eso me controló la respiración porque aunque tenía buena oxigenación me costaba respirar bien, me dolían los bronquios, era un dolor espantoso, y la tos ni se diga, me ahogaba”.

A su esposo le diagnosticaron una lesión en el pulmón, por lo cual requirió nebulizaciones; en total, la familia estuvo aislada durante 40 días y enfrentaron pagos de casi 35 mil pesos para su atención médica, entre recetas de hasta 7 mil pesos y estudios como tomografías de 3 mil pesos.

“El niño está bien, no tuvo secuelas; el doctor me dijo que el que tuviera una cardiopatía no significaba que su sistema inmune no pudiera ayudarlo. A mí me quedaron dolores de cabeza, en las coyunturas, como cuando estamos embarados”, cuenta.

La maestra ahora ve con preocupación el anuncio de las autoridades de un regreso a clases presenciales en mayo próximo, pues advierte que aunque los maestros han comenzado a recibir la vacuna los niños no y el virus también los afecta; además, considera que se debe dar mayor difusión a los casos en menores de edad pues hay una idea errónea de que estos no se enferman o no mueren a causa del SARS-Cov2.

“No considero que sea viable que haya un regreso a clases presenciales porque no está vacunado un alto porcentaje de la población que son padres de familia y salen a trabajar, y los pequeños aunque dicen que el virus no es agresivo con ellos son portadores y sería muy arriesgado que un pequeño se contagie y no lo sepan y lleve el virus al aula y de ahí a su casa. No es viable el regreso a clases, sino cuando ya esté vacunada la mayoría de la población, a lo mejor en enero porque además hay aulas que necesitan mantenimiento, a lo mejor puede regresar el personal administrativo para darle mantenimiento a las escuelas”.

En Veracruz, al menos nueve bebés y menores de un año de edad han fallecido a causa del covid-19; nueve más murieron antes de que pudieran ingresar a su vida escolar o regresar a las tan ansiadas clases presenciales.

AVC/Perla Sandoval

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