Cuando en noviembre de 2020 el gobierno federal presentó la Guía Ética para la Transformación de México, dijo que se trataba de un documento que serviría como muestra de la transformación ética positiva de la sociedad mexicana.

Se dijo también que sería una serie de principios y valores que habrían de seguirse de manera voluntaria, como una sugerencia y no como una imposición ideológica. Jamás imaginaron que el documento elaborado por un Comité de notables académicos e intelectuales se convertiría en caro papel higiénico de una horda de depravados y encubridores.

En las últimas semanas han surgido al menos tres casos de destacados personajes morenistas que han sido denunciados –o al menos exhibidos- por conductas de acoso, agresión sexual y violación, lo mismo en contra de mujeres que de jóvenes menores de edad. Si en este momento no están en la cárcel, se debe precisamente al manto protector del movimiento, así como del fuero que concede la Constitución.

Félix Salgado Macedonio –quien está en espera de la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para saber si le niegan de manera definitiva su registro como candidato a gobernador de Guerrero-, Benjamín Saúl Huerta –diputado federal en funciones por el estado de Puebla que buscaba la reelección por Morena- y David Monreal –candidato de Morena al gobierno de Zacatecas-, mostraron de manera grotesca como utilizan el poder político para encubrir sus desviaciones sexuales.

Sobre Salgado Macedonio pesan al menos cinco denuncias por abuso sexual. El caso más grave es haber atacado sexualmente, en al menos tres ocasiones, a una mujer que trabajó para él durante hace cinco años, cuando era director de un periódico en Acapulco. Las crónicas sobre los excesos y el acoso cometido por Macedonio en contra incluso de funcionarias públicas y compañeras de partido son innumerables.

Tras hacerse públicas las denuncias de violación, más de un centenar de diputadas de Morena firmaron una carta dirigida a la dirigencia del partido para que se retirara la candidatura de Félix Salgado. El escrito también fue ratificado por otro centenar de regidoras, consejeras y simpatizantes, sin embargo, se desestimaron las acusaciones y la exigencia de las militantes, diciendo que sólo se trataba de ataques políticos en tiempos electorales.

La difusión del caso del abuso sexual cometido por el diputado federal Benjamín Saúl Huerta en contra de un menor de 15 años vino a exhibir una conducta delincuencial reiterada, así como el silencio cómplice de sus compañeros de Morena en la Cámara de Diputados.

“No se pedirá desafuero, porque las circunstancias ocurrieron fuera de su función como diputado federal”, dijo Ignacio Mier, coordinador de la bancada morenista, como si pretendiera que el delito se cometiera a la mitad de la sesión del pleno, a la luz de las lámparas del recinto parlamentario.

Luego de ser detenido en la Ciudad de México – y para demostrar la garantía de su impunidad-, Benjamín Saúl Huerta se atrevió a participar de la sesión plenaria del miércoles pasado, en la que emitió su voto como si nada hubiera sucedido.

El cinismo con el que el diputado acusa un intento de extorsión, indigna ante la confirmación de que el legislador poblano es en realidad un pederasta consumado. Bajo el mismo modus operandi –contratar a un menor de edad para trabajar como asistente y llevarlo a hoteles de la Ciudad de México para cumplir su infamia- al menos otros dos jóvenes fueron enganchados por el ferviente feligrés de la nueva moral y ética de la 4T.

Ante el temor y la vergüenza por lo ocurrido, una de sus víctimas decidió abandonar su entidad natal y migrar hacia los Estados Unidos, donde ya lleva más de tres años. Actualmente reside en la localidad de Ontario, California, desde donde ha decidido presentar la denuncia con el apoyo de la casa del migrante poblano.

Finalmente, el candidato de Morena al gobierno de Zacatecas, David Monreal, fue captado ‘manoseando’ a la candidata a la presidencia municipal de Juchipila, Rocío Moreno, durante un mitin de campaña.

Monreal, ahora conocido como #LordNalgadas, ha tratado de justificar su conducta diciendo que las imágenes fueron mentirosas, sacadas de contexto y en todo caso fue un «roce involuntario», lo que en realidad confirma la conducta lasciva. Por supuesto, la víctima ha preferido anteponer su proyecto político a una eventual denuncia en contra de su acosador.

La guía ética y moral defiende “el respeto a la diferencia, el valor de la vida, la dignidad y la libertad, así como al amor al prójimo y de la necesidad de erradicar el machismo y la violencia contra las mujeres”. ¡Ya vimos que sí!

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