Actores afrodescendientes como favoritos en varias categorías, mujeres y cineastas de origen asiático que compiten por el premio a la mejor dirección: este año los Óscar están batiendo récords de diversidad, y no solo gracias a la pandemia que ha trastocado los planes de Hollywood.

Uno de los factores de este cambio ha sido la reforma iniciada por la Academia, que otorga los premios más prestigiosos del cine estadounidense, para ampliar la captación de sus miembros y hacer que reflejen más al conjunto de la sociedad.

“Creo que estos Óscar serán recordados como aquellos en los que los cambios introducidos hace seis años, a raíz de #OscarsSoWhite, han cumplido su promesa”, estimó el actor afroestadounidense Dwayne Barnes (“Menace II Society”) en una artículo de opinión en la web especializada Deadline.

El fallecido Chadwick Boseman y Viola Davis (“La madre del blues”), Daniel Kaluuya (“Judas y el Mesías afrodescendientes”) y el surcoreano Youn Yuh-jung (“Minari”) tienen buenas posibilidades de ganar el domingo entre los actores. En cuanto a Chloé Zhao, nacida en China, es favorita al Óscar al mejor director con “Nomadland”.

La campaña #OscarsSoWhite se lanzó en enero de 2015 en las redes sociales para denunciar la abrumadora mayoría de candidatos blancos premiados ese año por una Academia compuesta principalmente por hombres mayores anglosajones.

Bajo presión, la Academia reconoció en 2016 que sus 6.000 miembros en ese momento eran 93% blancos y 76% hombres, con una edad promedio de 63 años. Y anunció a continuación que se proponía duplicar el número de mujeres y miembros de orígenes diversos para 2020.

La apuesta se materializó en el verano boreal pasado, y los profesionales que votan a los Óscar ahora suman alrededor del 33% de mujeres y el 19% de miembros de “minorías subrepresentadas” (1.787 en total).

“Tomó algunos años para afianzarse, pero hay muchas razones para esperar que el cambio sea (…) no una ocurrencia única”, escribió Barnes.

– “Combinación perfecta” –

A #OscarsSoWhite le siguieron los movimientos exigiendo el reconocimiento de la mujer en todas las profesiones cinematográficas, delante y detrás de la cámara, impulsados por las revelaciones del caso Weinstein.

“Todo esto realmente sacudió el árbol. Y este año por primera vez, debido a que el Covid-19 retrasó la programación de grandes producciones, dejó una suerte de campo abierto”, analiza Sasha Stone, fundadora de los Awards Daily, un sitio especializado en la industria que ha examinado premios cinematográficos desde 1999.

“Pero resulta que muchas de estas películas fueron hechas por cineastas de color y mujeres”, dice a la AFP.

Ello, junto con los cines cerrados y los espectadores reducidos al streaming de películas en casa, “fue la combinación perfecta”.

“Estaban las películas, la comunidad cinematográfica y podían hacer lo que quisieran sin tener que preocuparse por la taquilla”, añade Stone.

El auge alcanzado por el video a demanda durante la pandemia “ciertamente colaboró” porque “se ha observado que la diversidad en televisión ha aumentado mucho más rápido que en el cine”, confirma Darnell Hunt, sociólogo especializado en la representación de minorías en los medios de la UCLA de Los Ángeles.

El éxito del streaming “ha ayudado a traer a la Academia una gama mucho más variada de películas de lo que están acostumbrados a ver y eso se ha traducido en las nominaciones”, sostiene Hunt, quien dirige cada año desde 2014 un estudio sobre la diversidad en Hollywood.

– “Ensalada” –

Para él como para Stone, los progresos realizados por la Academia sin duda no serán tan espectaculares en los próximos años, aunque Hunt “no imagina que pueda volver a lo de antes”.

“Las señales apuntan en la dirección correcta, la Academia sigue siendo más diversa y ha introducido nuevos criterios para la categoría de mejor largometraje” que debe fortalecer a partir de 2022 la presencia de mujeres, minorías étnicas, y de la comunidad LGBTQ, tanto en la pantalla como detrás de ella.

¿Será esto suficiente para cambiar a Hollywood en su conjunto? Stone espera que así sea, y señala que premios como los Óscar están cada vez más separados de la taquilla “porque se han convertido en un nicho”.

Sin embargo, según ella, la industria del cine busca sobre todo “ganar dinero”. Por lo cual, “si los directores masculinos ganan más, seguirán siendo contratados. Y si los actores blancos ganan más dinero, seguirán siendo contratados”, dijo.

Hollywood “quiere ganar dinero pero también quiere tener una buena imagen y los Óscar le ayudan con eso. Es como McDonald’s: venden Big Macs en todo el mundo pero tienen esa ensalada que hace que parezca que se preocupan por la salud”.

“Eso es lo que los Óscar son para Hollywood: la ensalada”.

INFORMACIÓN/UNI2NOTICIAS

APUNTES | Los periodistas son eternos