El 6 de junio del año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la supervisión de los trabajos de rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación en la Refinería “General Lázaro Cárdenas” en Minatitlán.

Ahí, el mandatario mexicano reafirmó su compromiso de rescatar la industria petrolera y caminar hacia la autosuficiencia energética y alimentaria.

Indicó que eso sería posible si se lograba procesar la materia prima en el país a partir del plan de rehabilitar las seis refinerías existentes –que según sus cálculos procesarán un millón 200 mil barriles diarios–, además de la nueva refinería que se construye en Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, donde se proyecta procesar hasta 340 mil barriles diarios adicionales en un par de años.

De esta manera, dijo el Jefe del Ejecutivo federal, México logrará el propósito de darle valor agregado al crudo nacional y los beneficios quedarán en el país.

En esa ocasión, López Obrador destacó la participación de la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, quien estaba acompañada del director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza y del director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.

El pasado miércoles 7 de abril, casi diez meses después de la visita del Presidente a Minatitlán, una fuga de combustible en uno de los tanques de gasolina provocó un incendio que paralizará durante 90 días las operaciones de la Refinería “Lázaro Cárdenas”.

Afortunadamente sólo hubo siete lesionados con heridas leves: un trabajador de Pemex por quemaduras y otro por intoxicación, así como cinco bomberos que participaban en controlar el siniestro. Pero desde entonces, el complejo dejó de operar. Se estima que el costo de reparar todo el equipo dañado superará los 500 millones de dólares, o sea, más de 10 mil millones de pesos, aproximadamente.

Anteayer, inspectores de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) ingresaron a las instalaciones para verificar las condiciones de seguridad y evaluar los Protocolos de Respuesta a Emergencias.

Según trascendió, el incendio se produjo en la llamada zona vieja de la refinería, cuya operación data de 1956 y fue reconfigurada durante el gobierno del ex presidente Vicente Fox (2000-2006).

Según versiones extraoficiales, todo el cuarto de bombas se encuentra dañado, lo que dificulta aún más la puesta en operación del complejo.

Hace dos años, el 27 de abril de 2019, López Obrador había visitado también esta misma refinería. En su conferencia de prensa, recordó que era la más antigua de México, construida en la época del ex presidente Porfirio Díaz por la compañía petrolera inglesa “El Águila”.

Criticó que en los últimos tiempos se hizo un trabajo de reconfiguración para mejorar la producción en la refinería pero que “no fueron buenos los resultados”. Y aclaró que no se habían invertido cuatro mil millones de pesos en su reconfiguración como había dicho equivocadamente, sino que eran cuatro mil millones de dólares.

“Y no estamos produciendo lo que se podría obtener de gasolinas, de diésel y de otros petrolíferos. Por eso esta visita es para mejorar la producción, revisar el plan que ya se inició para rehabilitar la refinería, aumentar la producción”, dijo el Presidente en esa ocasión, anunciando que “vamos a destinar dos mil millones de pesos para este año (2019). Ya se están haciendo las compras de refacciones, de equipos, de herramientas”.

Además presumió que “un distintivo de este trabajo de rehabilitación es que se va a hacer con los trabajadores de Pemex, se va a hacer por esta administración, van a ser los trabajadores, los técnicos petroleros mexicanos los encargados de la rehabilitación, trabajadores de planta y transitorios en activo y también con trabajadores jubilados, porque vamos a utilizar la experiencia de quienes todavía tienen mucho que aportar para el rescate de la industria petrolera”.

“Me he reunido en esta visita también con los trabajadores y los he llamado, los he exhortado a que juntos rescatemos a Pemex. Para eso fue este recorrido, esta visita”, remarcó entonces López Obrador.

Pero el pasado miércoles 7 de abril, los obreros ni siquiera contaban con equipo suficiente para abatir el fuego.