Ante la inminente derrota que sufrirán en las urnas el próximo seis de junio, tanto en gubernaturas como en congresos locales y federales, los improvisados políticos del movimiento social Morena o la 4T, que no tienen voluntad propia y no mueven un dedo hasta que AMLO da instrucciones, se ponen nerviosos y toman el camino más corto: el uso de las instituciones de procuración de justicia y de seguridad pública, para desempolvar viejos expedientes, para inventar delitos que no se han cometido o para chingar a los adversarios que los tienen contra la pared de la derrota y el despido de la política que tantos beneficios les han dado en estos más de dos años en términos económicos y de placeres mundanos.

El problema para el gobierno de Morena en Veracruz, es que a la fecha no han entendido la responsabilidad que tienen frente a la sociedad. No entienden que llegaron gracias al gran movimiento ciudadano que se formo en torno a Andrés Manuel López Obrador, un político cuyo único trabajo en la vida ha sido recorrer el país enarbolando la bandera de la lucha contra la corrupción y la urgencia de echar del poder a los priistas y panistas a los que denominó “la mafia del poder”, bandera que todos los mexicanos apoyaron con gusto porque el saqueo y los abusos que se venían cometiendo en contra del país eran intolerables, los elevados niveles de violencia provocaron un baño de sangre dejando a su paso miles de muertos, ciudadanos asesinados cobardemente en desapariciones, secuestros, ejecuciones callejeras, pago de piso a todos los comerciantes, robo de autos y a casas habitación, lo que hizo posible que los mexicanos depositaran su confianza en López Obrador, en el único hombre que se atrevió a desafiar a los mafiosos.

En la cresta de esa corriente se treparon candidatos a diputados locales, alcaldes y al gobierno del estado, los que hoy permanecen ahí, sin admitir que además el PRI trataba de impedir a toda costa que Miguel Ángel Yunes Linares heredara el cargo a su hijo, por lo cual decidieron sacrificar a sus candidatos y arrimarle al candidato de Morena Cuitláhuac García, los votos suficientes a fin de evitar que Yunes se saliera con la suya.

Pero se revirtió la maniobra. Como los morenos no tenían cuadros para ocupar las posiciones, ni siquiera para estructurar un equipo de gobierno medianamente eficiente, se fueron con lo que encontraron: familiares, analfabetas funcionales, amiguitas, y en casos amiguitos íntimos, priistas y panistas odiados en sus partidos por rateros corrientes y todo tipo de personajes nefastos que encontraron la oportunidad de convertirse en lo que tanto odiaron: corruptos, vividores, personas con poder sin saber como usarlo en bien de la sociedad y echaron por la borda en dos años y unos meses todas las esperanzas de cambio que había entre los veracruzanos.

Hoy están a punto, el domingo seis de junio en las urnas, de que el pueblo desencantado les quite el poder y tengan que regresar a los muladares de donde salieron, a la mediocridad de donde vienen, y a continuar su vida en medio de una tremenda ignorancia seguramente despojados de la arrogancia que adquirieron al sentirse poderosos y perder el piso.

¿Qué hacen para tratar de evitarlo?, como no saben hacer política, lo único que les quedó es usar las instituciones que deben brindar seguridad y justicia, como la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Seguridad, para amedrentar y en casos eliminar, a sus contrincantes políticos. Por eso es que en estas ultimas semanas hemos sido testigos de crímenes, secuestros y detenciones, de actores políticos perredistas, panistas y priistas, los miembros de la alianza “Va por México”, a quienes en un intento por aferrarse al poder intimidan o de plano desaparecen confiando que con eso terminará la amenaza y no, el pueblo está harto de tantas torpezas cometidas en tan corto tiempo, ni los priistas ni los panistas fueron tan destructivos, corruptos y torpes como estos. Con toda confianza les podemos adelantar que en Veracruz el voto está decidido en contra de Morena.

La última sinrazón que cometieron fue ponerse contra el político más peligros que ha habido en la entidad, Miguel Ángel Yunes Linares, un intocable incluso por el mismo AMLO, quien por su obsesiva actividad de espionaje y acumulación de información política, todos le temen. Ya se les olvidó que Yunes amenazó a Peña, cuando le querían tumbar la gubernatura de dos años que ganó, que si lo intentaban daría a conocer información en su poder y encriptada en diferentes sitios, que haría temblar al país. Bueno pues a él le acaban de reactivar denuncias de hacer ¡ocho años!, que ya prescribieron o que algún juez las resolvió favorablemente a Yunes, jalando con eso los bigotes al tigre.

La respuesta de Yunes, como para empezar fue. “No es extraño que las mismas denuncias se “reactiven” en plena etapa electoral y que se presenten nuevas denuncias; es el uso político de los instrumentos de justicia, pero hay que entenderlos, “son tiempos de zopilotes” dijo el Presidente.”

“Como siempre lo he hecho me pondré a disposición de la Fiscalía General de la República para aportar toda la información que requieran.”

“Por cierto, hablando de “La Jornada”; sería muy importante que se investigue la licitud de los ¡400 millones de pesos! provenientes de recursos públicos que ha recibido desde que inició la presente administración. Igualmente que se publique el avance que lleva la investigación sobre los casos de manejo de recursos en efectivo de procedencia ilícita para financiar actividades políticas, el evidente enriquecimiento ilícito de funcionarios, la muy reciente exhibición de riqueza y derroche en centros turísticos y la vinculación de muy cercanos al régimen con la trata de personas.

Supongo que la Ley es para todos ¿o solo para los que consideran adversarios?

Nunca me he doblado frente al poder, tampoco lo haré hoy.”

“No participo en tareas políticas, pero sí en el compromiso de defender mi honor y el de mi familia frente a lo que evidentemente es un asunto con una motivación electoral.

Aquí estoy a la orden.”

En su lugar comenzaría a limpiar los escritorios, a poner en orden los documentos de la oficina, regresaría todo lo que me he robado y reinstalaría en sus trabajos a los miles de empleados despedidos injustamente. Se echaron un alacrán encima gracias a su inmensa ingenuidad.

De la redacción.