El coronavirus emergió como preocupación mundial hace más de un año, provocó una pandemia y un montón de preguntas que aún las ciencias están intentando responder. Hubo mitos que ya fueron derribados por las ciencias, y el conocimiento científico hace que las medidas de prevención cambien inevitablemente. Al principio, se ponía énfasis en que las personas podían infectarse con el coronavirus a través del contacto con superficies contaminadas. Pero ahora, según los datos epidemiológicos disponibles y los estudios de los factores de transmisión ambientales, la transmisión por esta vía está lejos de ser la ruta principal por la que se propaga el COVID-19. Según informaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, se considera que el riesgo de contagio por superficies es bajo: las posibilidades son de 1 entre 10.000.
El organismo federal revisó la evidencia científica disponible sobre las diferentes vías de transmisión del coronavirus. Y señaló hoy se sabe que el gran problema de la pandemia no está en el contagio por tocar superficies contaminadas. “La principal vía de contagio del virus SARS-CoV-2 es la exposición a gotitas respiratorias portadoras del virus infeccioso. En la mayoría de las situaciones, la limpieza de las superficies con jabón o detergente, y no la desinfección, es suficiente para reducir el riesgo”, reconocieron los expertos de los CDC.
El foco hoy está puesto más en las vías de transmisión más frecuentes son por partículas que se emiten al respirar, toser o hablar (gotas -que son de mayor tamaño- o aerosoles). Los aerosoles son las partículas de menor tamaño producidas en gran cantidad al respirar, hablar, toser o estornudar y contagian al ser inhaladas. En un ambiente interior, el coronavirus se puede transmitir a través de aerosoles a una distancia mayor a 2 metros ya que permanecen en el aire y se acumulan si la ventilación del lugar no es suficiente.
“Me parece bien que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos hayan informado que las superficies contaminadas son un riesgo bajo para contagiarse el coronavirus. Porque hay que darle un mensaje claro a la gente en base a la información científica que hay disponible”, dijo a Infobae la doctora Andrea Pineda Rojas, investigadora en el Centro de Investigaciones del Mar y de la Atmósfera del Conicet y la Universidad de Buenos Aires. “Si bien la transmisión por tocar cosas o superficies es posible, la evidencia sugiere que la principal vía de contagio es la inhalación de aerosoles. Entonces hay que poner más foco en las medidas que evitan el contagio por aire”, subrayó Pineda Rojas.
Con respecto a la desinfección, el organismo sanitario estadounidense sí recordó que se debe realizar la desinfección en entornos comunitarios interiores donde se haya producido un caso sospechoso o confirmado de COVID-19 en las últimas 24 horas. El riesgo de transmisión del coronavirus por superficies contaminadas “puede reducirse mediante el uso sistemático y correcto de mascarillas, la práctica de la higiene de las manos, la limpieza y la adopción de otras medidas para mantener la higiene de las instalaciones”, señalaron.
Advirtieron que los estudios de laboratorio no siempre pueden reproducir lo que ocurre en el mundo real con el coronavirus. “Las condiciones experimentales en superficies porosas y no porosas no reflejan necesariamente las condiciones del mundo real, como la cantidad inicial de virus (por ejemplo, la carga viral en las gotas respiratorias) y los factores que pueden eliminar o degradar el virus, como la ventilación y las condiciones ambientales cambiantes. Tampoco tienen en cuenta las ineficiencias en la transferencia del virus entre las superficies y las manos y de las manos a la boca, la nariz y los ojos”, se informó.
Los expertos del CDC remarcaron el riesgo mayor que implican compartir momentos en espacios cerrados para las personas. Si una persona con sospecha o con diagnóstico de la infección por el coronavirus se encuentra en un lugar cerrado, se exhala virus a través de las gotitas o de los aerosoles “puede permanecer suspendido en el aire durante minutos u horas.
El tiempo que el virus permanece suspendido y es infeccioso depende de numerosos factores, incluyendo la carga viral en las gotas respiratorias o en pequeñas partículas, la alteración del aire y las superficies, la ventilación, la temperatura y la humedad”, advirtieron. Como recomendación, los CDC señalaron: “El uso de mascarillas de forma sistemática y correcta puede reducir sustancialmente la cantidad de virus en el interior, incluida la cantidad de virus que cae en las superficies”.
“Los trabajos científicos que analizan la infectividad sobre distintos tipos de superficies son estudios de laboratorio que generalmente usan cantidades irreales de coronavirus”, comentó la doctora en ciencias de la atmósfera Pineda Rojas. “Los aerosoles, que son exhalados por las personas y que pueden contener el coronavirus si se han infectado, pueden depositarse también en las superficies, pero es un proceso relativamente lento. Si las personas están con barbijo, es difícil que el virus llegue a la superficie en una cantidad apreciable”, añadió.
En cambio, la doctora resaltó que los aerosoles con coronavirus que emiten las personas ya afectadas por la infección (incluso si no tienen síntomas) puede transmitir a una distancia mayor a dos metros ya que permanecen en el aire y se acumulan si la ventilación del lugar no es suficiente. “La transmisión del coronavirus por aerosoles es una de las principales vías de contagio”, subrayó.
Como medidas de prevención para reducir el riesgo de contagios por los aerosoles que emiten las personas, se difundió recientemente una guía del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y del Ministerio de Salud de la Nación. En lugares cerrados, se debe incorporar la ventilación como una medida de protección adicional al uso adecuado de barbijo, la distancia de dos metros y la higiene de manos.
Hay que abrir las puertas y ventanas exteriores, idealmente con ventilación cruzada. Esto significa que se deben mantener abiertas las ventanas y las puertas en lados opuestos. Se debe abrir puertas y ventanas de manera continua porque de esa manera se genera un flujo de aire permanente, sin que se acumulen aerosoles. Lo mejor es una apertura intermitente. Si la temperatura es baja y para contar con una correcta ventilación, hay que mantener abiertas las ventanas como mínimo de 5 centímetros de manera constante.
La ventilación permanente se sumó a la lista de medidas sanitarias contra el COVID-19. Y cayó la importancia de las superficies contaminadas. Los diferentes estudios que se han realizado en el mundo han llevado a derribar mitos sobre el virus. Entre otros, se pensó que el consumo de suplementos vitamínicos ayudaba a la prevención. Que las lámparas ultravioletas mataban al COVID-19. Que el clima cálido mata al virus. Que había que sacarse los zapatos al llegar de la calle. Además, la enorme cantidad de personas que ya sufrieron la infección permitió determinar que era falso que solo las personas con fiebre pueden tener coronavirus: hay personas que se infectaron y no manifiestan síntomas. O también hay infectados que pierden el olfato pero no tienen fiebre. Otra creencia que cayó fue que el coronavirus afecta solo a las personas mayores y por eso los jóvenes no deben preocuparse. Puede afectar a todos.
INFORMACIÓN/INFOBAE