Tal y como sucedió con la magistrada Sofía Hernández Huerta –hoy sujeta a juicio político- al frente del Tribunal Superior de Justicia (TSJE), la probada ineptitud de Delia González Cobos al frente del Órgano de Fiscalización Superior del Estado (ORFIS) podría convertirse en breve en un serio dolor de cabeza para el gobierno morenista.
Hace unos días, el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en el Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, en una nueva intromisión a los organismos autónomos, señaló que debe haber cambios en el ORFIS ya que acusó desaparecen observaciones a los entes “por arte de magia”.
Para suavizar el golpe, dijo que no duda de la capacidad de la auditora general Delia González Cobos –ellos la pusieron así que la duda sería sobre ellos mismos- pero que “tiene que hacer cambios” en la estructura porque hay casos en la fiscalización de las cuentas públicas de los Ayuntamientos en los que primero se hacen observaciones y de manera “inverosímil” después son subsanadas.
De la declaración de Gómez Cazarín se advierten varias cosas: lo primero es que no están satisfechos con el trabajo de la titular del ORFIS, ni en lo técnico ni en lo político; segundo, que será desde el Órgano Superior –como ha sucedido siempre- donde se hagan algunos aprietes a presidentes municipales que jueguen en contra de Morena en esta elección; y tercero, que al igual que al TSJE, se observa al ORFIS como una apéndice del Congreso, donde se debe hacer lo que desde allá le instruyen y que la rebeldía tendría consecuencias.
Sin embargo, el principal dolor de cabeza no es la corrupción interna que sugiere el diputado Cazarín ni la falta de autoridad de González Cobos, sino su incapacidad. Nombrada en septiembre de 2019, la titular del ORFIS no ha podido siquiera de entregar la Cuenta Pública del primer año de gobierno de Cuitláhuac García, a pesar de los múltiples informes que ya se han hecho públicos por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y de haber contratado a un centenar de personas para ello.
Gracias al grupo parlamentario de Morena en el Congreso local, le han concedido una y otra vez prórrogas para la entrega de la Cuenta Pública 2019, tantas que prácticamente habrá de entregarla junto con la de 2020. Y es ahí donde radica el mayor riesgo.
En este momento, Morena todavía tendría los votos necesarios para aprobar la Cuenta Pública de Cuitláhuac. Sin embargo, si no logran los resultados electorales esperados, el escenario podría cambiar y correr la misma suerte que Miguel Ángel Yunes a quien sin prueba de por medio, decidieron rechazarle su última Cuenta Pública, la que finalmente fue aprobada meses después, incluso con menos observaciones que en un inicio.
Del resultado electoral se observan varios escenarios. El primero y más probable, es que Morena conserve la mayoría en el Congreso, pero no la que hoy tiene. Sin una mayoría absoluta, la Coordinación de la Junta de Coordinación Política tendría que ser rotativa y el margen de operación se reduciría drásticamente. Además, si bien los partidos políticos formarán sus propios grupos parlamentarios, es posible que los acuerdos de la coalición “Veracruz Va” trasciendan al ámbito legislativo.
Aun en este escenario, Morena tendría la posibilidad de pelear la Jucopo el primer año y con ello, limpiar hasta donde sea posible los rastros de las irregularidades del gobierno del estado y el propio Congreso. Pero no tendrán una oposición blandita.
El segundo escenario cada vez menos probable es que Morena mantenga la mayoría absoluta y no pase nada. Que el TSJE, el ORFIS y demás organismos actúen en función de los intereses y las instrucciones que les envíen desde el Congreso. El tercer escenario es el menos probable de todos: que Morena se vuelva una fuerza minoritaria y no tenga manera de esconder los pecados de las Cuentas Públicas de los dos primeros años del gobierno.
Se espera que la Cuenta Pública 2019 esté lista para los meses de julio y agosto; y la de 2020 para el mes de octubre como corresponde. Su cumplen el calendario, sería la actual Legislatura la que todavía estaría en condiciones de aprobarlas y salvar de la hoguera al Gobernador, su gabinete y a ellos mismos, algo que se ve difícil.
La elección será el 6 de junio; si pierden la mayoría, ya no lograrán los votos suficientes para aprobarlas, algo que debieron haber hecho hace meses de no ser por la incapacidad de González Cobos, quien literalmente no ha hecho nada más que limpiar las cuentas de algunos ayuntamientos, según recriminó el diputado Cazarín.
El apretón no fue casual. Es mucho lo que se juega en el ORFIS en este momento.
Las del estribo…
1. Hoy Cuitláhuac llevará a Palacio Nacional una boleta aprobada de panzazo. La firma del Acuerdo Veracruz por la Democracia 2021 fue un espectáculo de baja calidad. El OPLE asistió en calidad de “testigo de honor” y los partidos que asistieron recriminaron que ni siquiera conocían el contenido.
2. ¿Cuántos encumbrados colosistas evocarán hoy, desde sus cómodas oficinas del morenismo, el recuerdo de Luis Donaldo a 27 años de su magnicidio?