La estrategia que está usando Morena en la entidad con la intimidación de actores políticos importantes que ponen en riesgo el triunfo de la mayoría morenista en el Congreso, no es nueva, la usaron los priistas y más los panistas en tiempos de Miguel Angel Yunes Linares, cuando para eliminar la duda de que se estaba del lado del partido en el poder, el PAN, los temerosos adversarios se tomaban fotos con el logo de ese partido, se decían aspirantes a alcaldes o diputados, aunque no tuvieran posibilidades, y la subían a las redes con lo que contenían la furia yunista. En tiempos del priismo se recurría a eliminar apoyos económicos o de plano a enviar “operadores” que dieran el mensaje del jefe en el sentido de que no se les ocurriera participar con la oposición porque las consecuencias serían funestas. El caso del ex Secretario de Gobierno Rogelio Franco Castán, quien se encontraba operando para la alianza PRI-PAN-PRD en el norte del estado, con buenos resultados, no se ejecutó adecuadamente de tal forma que aunque le logren tumbar la diputación federal plurinominal, la forma desaseada como lo hicieron vuelve a poner en evidencia la incapacidad de los operadores políticos del actual gobierno, los ridiculiza frente a la opinión pública y los exhibe como abusivos y torpes. Ultrajes a la autoridad es un delito que se acababa de definir como grave y se lo aplicaron de inmediato a Franco, ante la imposibilidad de que el verdadero delito, de golpes y maltrato familiar, se pudiera usar porque el señor cargaba un amparo. ¿En qué consisten los ultrajes de Franco a los ministeriales?, en que a la hora del intento de detención el yunista le jaló la camiseta a uno de los tres ministeriales que lo querían detener, mientras los otros dos le apuntaban con armas largas, eso es un ultraje además, según declaró el agente de la camiseta arrugada, le provocó daños psicológicos. Tan fácil que es crear un guión creíble y echarlo a andar, pero no, la improvisación, el desconocimiento se impone.