Estudiantes y egresadas de la Escuela Secundaria General número 5 se manifestaron para denunciar casos de acoso por parte de al menos un docente de este plantel.
Las jóvenes pegaron fotografías del maestro de matemáticas, Raúl Rodríguez, así como de la orientadora, Sandra Fernández, a quien acusan de protegerlo a pesar de las denuncias que hicieron para señalar que el docente hacía expresiones de tipo sexual e incluso les mandaba a sus número telefónicos fotografías de su pene.
A una de sus estudiantes le dijo que “le gustaban sus nalgas y sus tetas”, a pesar de que en ese momento la joven tenía apenas 13 años de edad; su madre denunció el hecho ante las autoridades de la escuela que le dijeron no podían proceder contra el docente porque tenía muchos años laborando ahí y se podía manchar la imagen de la institución.
“En los mensajes el maestro decía que le gustaba mucho mi cuerpo, ‘me gustan mucho tus nalgas y tus tetas’ y en una conversación el maestro llegó a mandar fotos de su miembro a pesar de no haberlas pedido”, narró una de ellas.
Otra de las jóvenes señaló que el profesor le hizo comentarios inapropiados en clases e incluso aprovechaba un curso particular al que asisten hombres y mujeres para hacer comentarios sobre la vestimenta “provocativa” de las menores de edad.
Relató que durante su tercer año de secundaria el maestro aprovechaba los días que llevaba falda para sentarla hasta el frente, tirar objetos y pedirle que ella los levantará con la finalidad de verle las piernas. Incluso, en alguna ocasión le intentó insinuar que podría mejorar su calificación si hacía algo más.
“A todos los estudiantes los acomodaba por promedio, los que sacaban 10 iban hasta adelante y quienes reprobaban hasta atrás; yo siempre fui mal en su materia pero siempre me tuvo hasta adelante y yo le decía que el promedio no me daba, me decía ‘ahí quédate’ y a veces tiraba cosas y me pedía a mí que las levantara, sobre todo cuando llevaba la falda; me decía ‘qué bonitas piernas’. En una ocasión fuimos de vestido y al otro día el maestro dijo que se me veía muy bonito el vestido y que a ver cuándo lo llevaba otra vez; al final del año me iba a reprobar la materia y en un momento que estábamos solos me dijo que ‘cómo le hacíamos para que yo pudiera aumentar mi promedio’, como insinuando algo más, yo me sentí mal y salí de ahí”, dijo.
La estudiante denunció estos hechos ante la orientadora Sandra Fernández, pero la respuesta que se tenía que acostumbrar porque el maestro “así era”, además de que no podían proceder contra él porque era de los maestros que “les daba prestigio a la escuela”. Como consecuencia, la joven no se atrevió a denunciar porque la amenazó con afectar su carta de buena conducta.
“La maestra me dijo que si yo decía algo a mis papás de lo que pasaba iba a ir sobre mi carta de buena conducta, porque estaba en tercer año y era su forma de tener calladas a todas (…) Decidí ya no denunciar porque yo tenía 13 años y me dio más miedo”.
A ello se suma que el curso de regularización era usado por el docente para acosar a las estudiantes tenía un costo de 250 pesos por clase, y como apoyo el maestro prometía aumentar un punto en la calificación de los hombres, pero en el caso de las mujeres les preguntaba ¿qué harían para lograr pasar la la materia?”.
En el tendedero de denuncia las estudiantes pusieron frases como “La Gral 5 encubre acosadores”, “No son delfines son acosadores”, y evidenciaron a otros docentes por la misma situación.
AVC/Perla Sandoval
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