El exgobernador de Puebla, Mario Marín, recibió auto de formal prisión por el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho, informó la organización Artículo 19.
“La justicia no será plena hasta que el exgobernador sea condenado y, junto a él, todos los autores intelectuales que permanecen prófugos. Además debe ser garantizada la reparación integral de los daños para Lydia Cacho y su familia”, escribió la organización.
El 3 de febrero, elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) detuvieron al exgobernador de Puebla, Mario Marín, en un domicilio en Acapulco, Guerrero.
El ex gobernador Mario Marín lucía displicente y seguro de que el juez no le daría auto de formal prisión. Dice que no quiere abogados, que él llevará su propia defensa, pero detrás sigue la red de abogados del poder aliados a Kamel Nacif y Gamboa. Seguimos en la batalla. https://t.co/HKJ1KOGAiV
— Lydia Cacho (@lydiacachosi) February 10, 2021
Desde diciembre de 2020, autoridades judiciales volvieron a liberar órdenes de aprehensión en contra de Mario Marín, así como del empresario, José Kamel Nacif y del exsubsecretario de Seguridad Pública de Puebla, Hugo Adolfo Karam Beltrán, involucrados también en el caso.
Tanto Nacif, como Marín y Karam son acusados de detener arbitrariamente y torturar a Lydia Cacho en diciembre de 2005.
Aquel año, la periodista publicó el libro Los demonios del Edén, el poder que protege a la pornografía infantil, en el cual puso al descubierto la protección que Mario Marín recibía de políticos y empresarios, como Jean Succar Kuri.
Meses después de su publicación, el 16 de diciembre, Cacho fue detenida en Cancún, Quintana Roo, por elementos de la Policía Judicial de Puebla, acusada de los delitos de difamación y calumnia. La periodista acusó que durante su detención y traslado de Cancún a una cárcel de Puebla fue víctima por parte de las autoridades.
Cacho abandonó la prisión bajo caución y enfrentó el proceso en libertad. El 17 de enero de 2006 la periodista quedó exonerada de los delitos.
El 14 de febrero de 2006 fueron difundidas unas grabaciones telefónicas entre el entonces gobernador Mario Marín y el empresario Kamel Nacif, apodado “El rey de la mezclilla”, en las que Marín afirmó que “ya le había puesto un “pinchi coscorrón” a Cacho porque en Puebla se respeta la ley”.
Ante esto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) inició la investigación del caso por el delito de tortura.
Animal Político
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HORA LIBRE | Violencia criminal, la más grave materia pendiente